domingo, 6 de enero de 2008

El Gran Cazador de Focas... o dos o tres cosas que se sobre lenin


“Mi herida existe antes que yo...”
(Joe Bousquet, Las Capitales del Dolor)

Advertencia:
Este texto comenzó como un juego, luego como un poema, luego como crónica, luego como ensayo de ensayo y ahora nuevamente a algo así como a un ensayo-poema; ni el ni yo sabemos bien lo que es. Sólo que nace de noches de lectura, de días de militancia, aulas y casi infinitas charlas de café, de una vida, de una vida que habla de otra vida.

De una vida que habla de otra (y de su cadáver embalsamado).




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“Lo siniestro, es algo que, debiendo haber quedado oculto, se ha manifestado”
(Sigmund Freud, Lo Siniestro)

He visto su cadáver, señor Lenin, y he quedado petrificado, su imagen me ha parecido siniestra, yo que siempre lo quise con tierno amor. No, no es por desmerecerlo, ni descalificarlo, simplemente al verlo, no usted sino su cadáver, me ha parecido siniestro…

Todos los hombres mienten sobre sí mismos
Y después el mundo miente sobre ellos. “Con frecuencia, decir la verdad es sólo un poco más incómodo que decir una mentira; más o menos tan difícil como tomar café amargo y no dulce; y sin embargo me inclino fuertemente por decir la mentira.”(1)Es todo eso que pasa cuando nos aburrimos de lo que pasa. Antes, cuando el mundo era joven y hermoso como en un libro, las cosas ocurrían en velocidades sórdidas, avanzaban entre las llamas de la locomotora, los hombres hacían su historia y gozaban de una imprudente paciencia.

Hoy somos la realidad reducida a la altura de un cotolengo: “Ya no hay dialéctica del sujeto y del objeto, ni de la luz y de las tinieblas: una es la ausencia de la otra, eso es todo, y eso es precisamente lo prodigioso” (2)

Es que yo creo en la televisión señor Lenin: porque es la droga barata, la anestesia colectiva, por que los tontos son los que están al otro lado y se drogan de sueños, ellos se envuelven en papel de hamburguesas y sus antagonistas finalmente hacen lo mismo, porque son como puñados de abejas, picoteando lingotes de oro. ¿Tengo o no tengo razón? Son los mismos que más tarde o más temprano “Quienes se quemaron sus brazos con cigarros encendidos protestando contra la bruma narcótica del tabaco del Capitalismo.” (3) Son ellos los verdaderos bobos, y no yo (4).

Las Bibliotecas, etapa superior de los Cementerios

Y si hay hombres que se hacen a sí mismos, también hay hombres que no saben mucho de sí mismos y hombres que nunca saben quiénes son, esos son los hombres que hacen la historia, y es porque no son ellos, ni de sí mismos, sino de los demás: “En Tadjik y Kaak, la leyenda de Lenin era tan alta como los montes, como las nubes, en el folclore de Dungan, mas brillante que el sol, desconocedor eterno de la noche. Los Oyruts dicen que tenía un rayo de sol en su mano derecha, un rayo de luna en la izquierda, la tierra temblaba bajo sus pies. Para los Uzbecos, Lenin era un gigante que podía sacudir la tierra y mover grandes rocas en busca de la fortuna que escondían sus entrañas, era capaz de desentrañar el enigma más impenetrable. En las fábulas Kirguiz, Lenin llevaba un anillo mágico con ayuda del cual prevalecía siempre sobre el mal y liberaba a los pobres de la iniquidad y la injusticia, se cuenta que llegó a Armenia, montado en un caballo blanco, para guiar al pueblo. En otra leyenda, Lenin era un titán que lucha contra Asmodeo, amigo del rico y el privilegiado, peor enemigo de los pobres. (...) para los Ostyaks del norte Lenin era un gran cazador de focas...”(5)

El socialista científico, racionalista acérrimo, convirtió la novela en un panfleto. (Chernishevski escribe una novela a mediados del siglo XIX, que impulsó a miles de jóvenes rusos a la acción socialista, la novela se llamaba “¿Qué hacer?” (Libro de constante discusión por los anarquistas de la novela de Dovstoievki “Los Demonios”, el eco de la novela llega hasta Lenin, quien en 1902 publica su conocida obra “¿Qué Hacer?” (un análisis de coyuntura, un manual insurreccional, mismo titulo quizás en tributo) y en ese trabajo de transplante de nombre, se ha marcando la metamorfosis del socialismo utópico al socialismo científico). (6)
“¿Qué Hacer?”, señor Lenin, usted que se convirtió en el gigantesco cazador de focas, y cayó con el peso de una noche, en la oscura arquitectura de mi biblioteca. La historia se repite dos veces decía Hegel, el solitario alemán, pero olvido agregar que primero como tragedia y después como farsa.

Usted y yo teníamos que hablar... prendí un cigarrillo, le serví un café (llegaba con un frío siberiano y duro por el formol, esa droga de los inmortales...)

La historia se murió, y bailamos los hombres la danza de su cuerpo que se deshace, mentimos en la literatura, nos enamoramos de hombres y mujeres que nos recuerdan un tiempo pasado que fue mejor... Rusia queda tan lejos. Y pienso en mi padre. Siempre pienso en mi padre. En mi padre y en su generación, y también pienso en usted señor Lenin cuando lo miro sobre mi biblioteca, cuando me topo su nombre en los discursos, cuando me invade el fuego infinito de la calle y la revuelta. En toda esa sangre, tan bella, tan tonta y tan gratuita.

Tantos cadáveres olvidados, pero ni su cuerpo ni su nombre todavía descansan, señor Lenin, encerrados en la pecera de la gloria histórica. Cantamos, bailamos, la historia se muere, y salta y salta bajo sus mortajas, nosotros morimos, poco a poco, de a poco, de a poco, y dentro del ojo, la imagen latente, de un día de amanecer rojo.

Con un cigarrillo se abre y se cierra el juego de la memoria, el juego de la historia. Señor Lenin, en Rusia hace frío, abríguese bien y visite su taxidermista de cabecera.

Dos o Tres cosas que sé sobre Lenin…

I
“Cada uno obra según sus luces”
Había una vez un hombre
Y muchos hombres más, una humanidad completa, pero que no importaba tanto,
Otros hombres después, sin saber cómo, inventó la vida del primero,
¿Me entienden?
Hay cosas y hechos que son difíciles de ser narrados porque están simultáneamente en el centro y en la periferia de la propia existencia.
Pensar, tal vez soñar, sobre una extraña y etérea época donde el mundo florecía, como si chocaran mil escuelas. El afora del mundo se caía para dejar ver su secreto.
El socialista científico, racionalista acérrimo, convirtió la novela en un panfleto, el sueño en realidad. El lirismo en el cañón de un fusil
¿Qué quieres hacer con un hombre así?


II
“...Que quieres hacer con un hombre así?...”
Había una vez un hombre, en Rusia,
Cuando Rusia era un país muy frío,
Frío en todos los aspectos,
Frío como un niño muerto, “Niños, estas manos no pueden escribir – les decía un viejo campesino en 1918 a un grupo de escolares - , y no pueden escribir porque el Zar las quería solamente para arar la tierra… ” (7)
Frío como un niño muerto,
Y de esos había muchos por ese entonces, y los sigue habiendo,
Nadie medianamente cuerdo podría vivir así,
Lleno de niños muertos, en una ciudad como un niño muerto.
Nadie medianamente cuerdo. Lenin y sus hermanos se hicieron mayores, en el marco de las feroces represiones de la década del ochenta. Se unieron, uno tras otro y sin excepción, a las diversas ideas revolucionarías que por esos días pululaban por Rusia. En 1886, su padre murió de una hemorragia cerebral. Al año siguiente, en mayo de 1887, su hermano mayor, Alexander, ligado a los anarquistas, participa en el complot de para asesinar al Zar Alejandro III: fue fusilado a la edad de diecinueve años (años mas tarde, Lenin confesaría a su mujer el desprecio por los supuestos amigos de su familia, que se llamaban a sí mismos “liberales”: se esfumaron todos tras la detención de Alexander, ninguno movió un dedo por su indulto) Lenin fue arrestado al año siguiente y expulsado de la Universidad de Kazán, tras sólo cursar cuatro meses, por participar en las protestas estudiantiles.

II
“Confía en Dios y mantén seca la pólvora”
Había una vez....
Rusia no se sabe bien dónde queda,
Si es en Europa o en Asia,
Son gente muy rara los rusos
Y tienen grandes poetas
A los que aman como a Dioses.
Lenin fue su seudónimo revolucionario. Se cuenta que eligió este nombre como oposición a Georgi Plejánov, quien usaba el seudónimo Volgin, por el río Volga. Uliánov, según esta versión, eligió el río Lena, que es más largo y circula en la dirección opuesta.
Pero nadie medianamente cuerdo podría vivir así, aunque bañasen de poesía hasta sus nombres de guerra, aunque eligieran bajo qué signo querían pasar a la historia… no pueden vivir porque el Zar los quería solamente para arar la tierra… o ser simplones y grises funcionarios, en una ciudad como un niño muerto,
Nadie medianamente cuerdo.

III
“... Se refiere usted a la alimentación racional?...”
“El Crimen y La Paz” y “Los Hermanos Karenina”,
Libros magníficos llenaron de honor y gloria al pueblo ruso,
Pero la cuidad no dejaba de tener hambre y frió, como un niño muerto, por más que los poetas hicieran de las suyas.

Y es que los dioses no eran hombres, y tampoco lo era el buen Lenin, aunque: ”En otra leyenda, Lenin era un titán en lucha contra Asmodeo, amigo del rico y el privilegiado, el peor enemigo de los pobres. Asmodeo intentó dar muerte a Lenin, pero la luz de los ojos del héroe le puso en fuga. Lenin se subió entonces a un águila y voló a Dagestas, donde encendió la guerra contra el rico, y por último regresó a las regiones frías para escribir libros de verdad para el pueblo. Para los Ostyaks del norte Lenin era un gran cazador de focas que sembraba el pánico entre los ricos traficantes de pieles y cueros y daba su botín a los pobres;; de igual manera los Nesty afirmaban que Lenin era el más experto marino, que venció a todos sus enemigos en el combate, se apodeóo de sus perros y sus renos y los repartió entre lo pobres. Los cosacos de Cholojov se imaginaban a Lenin como un cosaco del Don.”(8)

IV
“Cada Civilización ha de hacer con sus grandes hombres lo que puede”
Lenin era el hombre del cual hablábamos primero,
Hizo una revolución,
Fundo el comunismo,
Y por eso, los rusos agradecidos, lo embalsamaron. El cerebro de Lenin fue extraído antes de embalsamar su cuerpo. Luego contrataron a un conocido neurocientífico alemán, Oskar Vogt, para estudiar el cerebro de Lenin y localizar las células cerebrales responsables de su genio. Con este propósito se creó el Instituto del Cerebro en Moscú. Vogt publicó un artículo sobre el cerebro en 1929 donde exponía que algunas neuronas piramidales en la tercera capa de la corteza cerebral de Lenin eran muy largas.

El cuerpo de Lenin, así como los cuerpos de los santos de la Iglesia Ortodoxa rusa, no ha sufrido corrupción, yace silente en su mausoleo, en la Plaza Roja, lejos quedan esos días donde Moscú estaba helado para él. Ahora todo tiene la tibieza del formol, del algodón, de la ascética taxidermia.
Lejos quedan esos días.

V
“Lo brutal siempre es la muerte. Ahora y hace años de dentro de unos años: lo brutal siempre es la muerte” (9)
Es terrible pensar en un cadáver embalsamado,
Y pensar que es todavía peor que los mamuts congelados
Que se encuentran cada tanto en Siberia (con esto claro no quisiera comparar al buen Lenin con un mamut,
lo cual seria muy burdo de mi parte.)

“Su cadáver estuvo expuesto una semana, mientras miles de personas hacían colas durante horas en el intenso frio del invierno para verlo.”(10) Así como años antes Nadezhda Konstanstinovna Krupskaya.
Ella, la mujer que lo amó, pasaba horas enteras de pie, en un determinado lugar pasando las horas enteras de pie, por fuera de la prisión, con la esperanza de que Lenin pudiera vislumbrarla a través de una ventana, cuando, junto al resto de los presos, hacía ejercicio.

VI
“La insurrección es un arte”
Embalsamaría usted a alguien?...
Pregunta complicada.
Porque puede que usted se muera y entonces
El embalsamado se quedaría solo.
Ya nadie lo tendría a usted para contarle las magnificas historias del embalsamado aquel. Como la historia de que Lenin y Krupskaya son condenados al exilio en Chuchenskoye, Siberia. Parten en 1898, y allí, en Siberia, Lenin y Krupskaya se casaron.

Y tendrían que conformarse, esos bellos cuerpos embalsamados,
con quedar abandonado en una esquina,
junto con esas enciclopedias
que nadie consulta. Y es que la insurrección es un arte, un gran arte, y “en todo gran arte hay un animal salvaje domado.”(11)

VII
“... Mía!, Toda entera es mía ahora!, Petrogrado en mía!... ”
Cuando comenzó la revolución,
El mundo fue bello por algunos años (y eso que en Rusia el asesinato, la muerte violenta, la culpa, habían sido demasiado familiares, durante siglos).

Antes de la revolución el mundo también, en determinada forma, fue bello:
Desde abril de 1902 hasta abril de 1903, se exilió en Londres, en el nº 30 de Halfor Squeare, que sale de la King’s Cross Road. Lenin pasó horas infinitas en la biblioteca del museo británico, donde cuarenta breves años atrás Karl Marx cosechaba los materiales para sembrar “El Capital”. Recorría Londres, a veces, en compañía de Trotsky, visitaron la tumba de Marx, en el cementerio de Highgates, en la Primose Hill, desde la que se veía todo Londres.

El y Trotsky se encuentran exiliados los dos, perseguidos los dos, observan, digamos, en una tarde otoñal, el paisaje desde el cementerio de la tumba de Marx; entonces Trotsky, bajo un manto de tristeza, le dice a Lenin, interrumpiendo, quizás, una charla sobre la política rusa y mundial:
- Y pensar que deberemos destruir todo esto para construir un mundo nuevo.
- Destruir no, deberemos heredarlo todo para construir un mundo nuevo.- Responde Lenin, más viejo que Trotsky, más sereno que Trotsky, tan o más comunista que Trotsky. (12)

Pero luego todo se cansó .Luego se cansó. Como toda belleza, debe morir.
Se olvidaron de ella los rusos y eso que es difícil de olvidar Los años de guerra, no sólo de la “Gran Guerra”, sino la invasión de extranjera donde diversas potencias financiaron y armaron al ejército blanco y convirtieron toda Rusia en un tremendo campo de batalla. Es difícil de narrar lo que estos hechos representaron en miserias humanas, está en el plano de lo que no se puede pensar, ni imaginar, ni nombrar con claridad, están en el plano de lo que es mejor callar.

Nadie sabe con exactitud los millones que murieron en combate, por la violencia, por el hambre, por las epidemias…. Después le tocaría el turno a Stalin, que devoraría ese mundo desde dentro, como un cáncer, pero esa es otra historia.
Toda belleza debe morir.
Se olvidaron de ella los rusos
Y la dejaron junto al cadáver de Lenin
Y los cuatrocientos mil quinientos treinta y ocho tomos
De la Enciclopedia Soviética. Que como bien sabemos nadie consulta.

VIII
“... un cruel crimen contra la felicidad de la nueva generación...”
Lenin está embalsado en Rusia
Y en las bibliotecas. Pero como toda belleza, debe morir.
Se olvidaron de ella los rusos
Y la dejaron junto al cadáver de Lenin
Y los cuatrocientos mil quinientos treinta y ocho tomos
De la Enciclopedia Soviética. Que como bien sabemos nadie consulta.

Es terrible pensar que el gobierno ruso no llegue a tener dinero
Para mantener su, verdaderamente exquisito, cadáver,
Como leí en algún diario alguna vez.
Seria terrible.

Es usted toda una leyenda señor Lenin. ¿Le sirvo más café?
Yo lo tomo amargo, sin azúcar…

IX
“... lanzaba las frases como bastos bloques de granito... ”(13)
Lenin vivió rápido, era El Gran Cazador de Focas,
Murió joven
Y tuvo un cadáver en conserva.
Si fuera ruso llevaría con orgullo a mis hijos
A ver el cadáver de Lenin Y junto a él los cuatrocientos mil quinientos treinta y ocho tomos
De la Enciclopedia Soviética. Que como bien sabemos nadie consulta.
Pero se que nadie llega tan alto como quien no sabe donde va. La posteridad era un ridículo, es “como si uno pudiera comenzar una gran revolución y saber de antemano como podrá completarse” (14). Ese era trabajo para los filósofos, para los poetas, esas elucubraciones lo hubieran hecho reír.

Seguramente estas expresiones también lo hubieran hecho reír a Lenin, “con esa risa entera y franca por la cual los pescadores de Capri reconocían que era de su raza y de su bando” (15).
Si me preguntaran quien es el embalsamado aquel,
Solo podría decirle estas dos
O tres cosas que sobre el sé,
Que no es mucho para alguien con tan honorable, tan exquisito,
Cadáver.

X
“La vida dirá la ultima palabra”
“La vida dirá la ultima palabra”, era una de sus frases favoritas.
El mamut, la biblioteca con los tomos de la enciclopedia soviética,
La revolución y Lenin en conserva, listo para las góndolas de los luminosos supermercados, me saludan desde las calles de Petrogrado (alias: Leningrado.)
A comienzos de 1917, Lenin y Krupskaya Vivian en el nº 14 de la Spiegelgasse, en Zurich, una alcoba en un segundo piso, por la que pagaban 28 francos mensuales. El 8 de abril, Lenin dijo al dueño de la casa que tenía que marcharse enseguida, aunque la renta ya estuviese pagada hasta final del mes. El hombre le deseó suerte a él y a su esposa y le dijo: “Espero Señor Ulianov que en Rusia no tenga usted tanto trabajo como aquí.” A lo que respondió Lenin, pensativamente: “Me parece, Señor, que en Petrogrado tendré aún mas trabajo.”(16)

La historia es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo, ¿no señor Lenin?

Si me preguntaran quién es él, el embalsamado aquel,
Sólo podría decirles estas dos
O tres cosas que sobre el sé,
Yo fumo otro cigarrillo y trato de no pensar en tantos muertos.



Notas

1) L. Wittgenstein, “Observaciones”, Ed Siglo XXI. Mexico.
2) J. Buaudrillard, “Cool Memories”, Ed. Anagrama. Barcelona.
3) A. Ginsberg, “Aullido”, en “Antología de poesía Beat”, Ed. Coligue. Buenos Aires.
4) “(…) un qui pro quo fundamental cuya fórmula me fue facilitada durante una reunión de intelectuales de la izquierda proletaria, en el punto culminante del gran amor por la buena gente y por las caseras sembradoras de pensamientos de nuestro pueblo francés. La reunión, como suele suceder, se celebraba en un apartamento un poco demasiado lujoso en un barrio un poco demasiado hermoso y, según la costumbre, los participantes expresaron con sus observaciones que ese ambiente no era el suyo. Alguien se fijó en un jarrón con anémonas azules: “¡Que amanerado!”, suspiro, “¡amapolas azules!”. Una anécdota que podría definir así al intelectual amigo del pueblo: el que toma a las verdaderas anémonas por unas falsas amapolas y que cree, gracias a la refutación de los floristas, haber encontrado unas flores que crecen en los campos de trigo del pueblo. No me sorprendí, pues, al ver, unos años más tarde, al mismo intelectual desarrollar ese qui pro quo en una filosofía del pueblo que trenzaba en guirnaldas de retórica las falsas-verdaderas amapolas obtenidas con al refutación de las falsas-falsas amapolas.” J. Ranciere, “Flores Intempestivas. Sobre la ficción de izquierda”, en “Teoría y Critica de cine. Avatares de una Cinefilia”. Ed. Paidos. Buenos Aires.
5) C. Hill, “La Revolución Rusa”, Ed. Ariel. Buenos aires (de este texto salen casi la totalidad de los datos biográficos de Lenin.)
6) H. Gonsález, “Filosofía de la conspiración. Marxistas, peronistas y carbonarios”, Ed. Coligue. Buenos Aires.
7) C. Hill, “La Revolución Rusa”…
8) C. Hill, “La Revolución Rusa”…
9) R. Bolaño, Bolaño por sí mismo, Ed. UDP. Santiago.
10) C. Hill, “La Revolución Rusa”…
11) L. Wittgenstein, “Observaciones”…
12) N. Casullo, “Itinerarios de la Modernidad”, Ed. EUDEBA. Buenos Aires.
13) “Cuando Lenin dice que “el alma del marxismo es el análisis concreto de una situación concreta”; cuando Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, explican que “todo depende de las condiciones”; cuando Lenin describe las “circunstancias” propias de la Rusia de 1917; cuando Marx (y toda la tradición marxista) explican con mil ejemplos que, según los casos, tal o cual contradicción es dominante, todos ellos recurren a un concepto que puede parecer empírico: esas “condiciones” que son a la vez las condiciones existentes y, al mismo tiempo, las condiciones de existencia de un determinado fenómeno. Ahora bien, ese concepto es esencial al marxismo justamente por que no es un concepto empírico: la simple comprobación de lo que existe... Es, al contrario, un concepto teórico, fundado en la esencia misma del objeto: el todo complejo siempre-ya-dado. En efecto, esas condiciones no son otra cosa que la existencia misma del todo en un momento determinado, en el “momento actual” del hombre político, es decir la relación compleja de condiciones de existencia reciprocas entre las articulaciones de la estructura del todo. ” L. Althusser, “La Revolución Teórica de Marx”, ed. Siglo XXI. Mexico.
14) Lenin citado por C. Hill en “La Revolución Rusa”…
15) L. Althusser, “Lenin y la filosofía”, edición electrónica.
16) C. Hill, “La Revolución Rusa”…

1 comentario:

Anita dijo...

Bueno, debo decir que para una tarde de calor como esta... duro. Duro, pero no por eso deja de disfrutarse.

Me trajo recuerdos como:

"Mi patria es el mundo. Mi bandera la libertad"

Gracias M.

Me quedo con:


"Las Bibliotecas, etapa superior de los Cementerios"

Besos.