sábado, 26 de mayo de 2007


Paginas Subversivas: “Manifiesto o para una literatura de combate”

1) Yo: un mal marxista, un pésimo católico.

“Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh, Pueblos! El canto frente a frente al mismo Satanás, dialoga con la ciencia tremenda de los muertos, y mi dolor chorrea de sangre la ciudad.” (Pablo de Rohka, Genio y Figura)
Soy un mal marxista y un pésimo católico.

Lo admito.

Soy un mal marxista.

Escribí panfletos, publique revistas, hasta ayude a editar algún periodito, fui candidato, milite y milite e incluso todavía milito…
Estuve en las barricadas, en las fabricas, en las reuniones, en los congresos, en las tomas, en los rectorados, hable, opine, debatí, escribí, luche, luche, luche, luche, otra vez…Pensé, pensé, pensé, pensé, una y otra ves, teorías nuevas, cada día leí y leía a todos y cada uno de los clásicos marxistas, todos y cada uno, y todavía más, leí… y mi pecado fue mayor.

Aun así nadie jamás creyó que era marxista. Participe n todo el espectro del trotskysmo universitario y fui expulsado de todos lados, me quitaron el saludo, me negaron la entrada,.Por eso fue que nadie creyó que fuera marxista y hoy mis mejores amigos encuentran en mi actitud la de un triste burgués… y es que siempre me gustaron demasiado los vicios del burgués, siempre me tentó el lado oscuro de la fuerza, mi izquierda no existe o se parece mucho a su derecha.
No creen que sea marxista. Hay veces en que yo tampoco lo creo.

Y aun así lo soy, se lo juro.

Soy un pésimo católico.

Sienten cierto dejo de vergüenza al decirlo. Y es que soy católico una forma huidiza, tremendamente imperfecta, perfectamente imperfecta. Más que ser católico quisiera serlo, estar a la altura de toda la fe y la mística, de todo el misterio y la gracia, quisiera leer el evangelio y entender todo lo que esas simples palabras dicen.
No voy a misa por que me fui de joda el sábado a la noche, me emborrache y tengo resaca y hace mucho frió, no voy a misa por que me aburro de los curas y las chicas lindas, que siempre hay, miran a los rugbystas que cargan el rosario, el cuenta ganado, los ojos claros, el pelo rubio…. Y aun así voy a misa los domingos, con mi tremenda derrota.
Peco y he pecado de vanidad, de orgullo, de gula (mucho), de lujuria (todavía mas), y lo peor es que todavía me queda mucho por pecar, es que voy a seguir pecando.

Soy tan extrañamente católico que mis amigos ateos, que son al mayoría, están convencidos de que soy uno de ellos.

Soy un mal marxista y un pésimo católico… pero escribí y el crimen fue menor.

2) La Literatura, esa ramera…

“Si quieren tirarse un pedo, ¡pues que se lo tiren! Cuando esté fuera, ya decidiremos si huele bien o mal... Si el pueblo cree que el pedo apesta, quedarán marginados”.( Mao Zedong, Discurso del 27 de febrero de 1957 en la Conferencia Suprema del Estado )

Que florezcan mil flores dijo el chino hijo de puta y fusilo a los chinitos otros que querían decirle que su revolución se hizo la pesadilla del sueño del pueblo, que sus ojos rasgaron la sometida vida del campo y la ciudad y le quitaron las manos al escribiente y al escrito… eso fue el realismo socialista como una de las bellas artes.

Los mataron como a gorriones.

Yo me paso la noche queriendo pelearme con alguien o queriendo dormir ni tan triste ni tan solo y despertar con aroma a mujer… y no puedo, solo me encierro en un cuadrado ye escribo de lo que me pasa.

Ya tengo veinticuatro años, ya nunca seré Rimbaud… pero escribí y el crimen fue menor.

Aquí no hay lugar para lo grande, aquí no hay lugar para lo magnifico, escribir como quien tiene que vivir con lo justo, quien no llega a fin de mes, escribir con centavitos para durara el día. Y es que estoy enfermo, y no solo de insomnio, no señor…

Conté mis historias y coseche risas, enojos, el beso de alguna mujer (pocas, siempre muy pocas), construí con la palabras una vida que es la mía y de a ratos no lo es. Me puse en discusión a mi mismo como se hace con algunas verdades en las charlas de café, y de una vida, teñida de libros y amigos y mas rupturas amorosas que noviazgos, coseche algunas cosas que decir y mucho que soñar. La esquizofrenia es brújula de esta extraña violencia:

“Me condené escribiendo a que todos dudaránde mi existencia real,(días de mi escritura, solar del extranjero).”
(Enrique Lihn, Porque escribí)

Pero escribí y el crimen fue menor.

Pero fue un insulto para la ramera literaria, por que para ella el crear un personaje es un acto de decencia, como científico que experimentan sobre ratones para que no sufran los seres humanos… no podría sacrificar un personaje a los martirios que con dulzura cosecho, no le regalaría a un fruto caído de mi imaginación esos deleites oscuros, perversos.

Y con esto me doy la libertad de inventar, me prohíbo estrictamente mentir. Quiero ser la victima de mi propia vida… y después escribir, para que el crimen sea menor.

Aquí esta el campo de batalla
Aquí esta la pregunta leninista: ¿Qué hacer?...

Aquí no hay lugar, no hay fuerzas para la guerra de la novela, épica y gloriosa, no tenemos tiempo para el ejercicio preciso de la sangrienta batalla del cuento, perfecta, definitiva… aquí solo existe la guerrilla de al crónica, el ismo de la poesía.

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