lunes, 10 de marzo de 2008

Tristes Silabas:

“Las narraciones pornográficas terminan
(sin principio ni final)” Gustavo Barrera

Si bien seria fácil dedicarme a explicar exhaustivamente lo falso y ficticio de cada una de las mujeres que aparecen en los siguientes escritos (poemas es una palabra demasiado grande, demasiado…) no me tomare el trabajo, aburrido e innecesario por lo demás, de profundizar en el tema.

Me basta con decir que yo perfectamente sabia (podría decir que incluso en algunos momentos lo sentía) que los calidos efluvios de esas mujeres imaginadas y no tan imaginadas (si existen: ¿Por qué existen?, si las imagino: ¿Qué imagino?) manaban cual manantiales manchando sus virginales y albas bombachitas de algodón por que todas, todas, todas las chicas que pasaban de la esquina donde me paro cada tarde y que sin querer, o queriendo, o sin querer queriendo, me cruzaron su mirada querían, en el fondo, todas ellas, ser mis novias, claro que ellas jamás de esto se enteraron… mas que amarme en secreto me amaron en absoluta inconciencia.

Y era en ese secreto a voces que solo yo escondía (que todas ellas me amaban, y no solo me amaban sino que además me deseaban con luctuoso deseo…) que yo me dedicaba a escribir estas cosa… lamentaba su cobardía, que conjugaba perfectamente con mi clónica timidez, una timidez inmovilizante, entorpecedora, que más de una vez me hizo lucir ante una de esas miles de “novias”, que pudieron pero nunca fueron, como un soquete, un antipático, cuando no un absoluto retardado mental.

También hay algunas de estas mujeres que fueron y son perturbadoramente reales, pero me encargue metódica y estrictamente de imaginarlas, para que así el crimen de la realidad sea menor. Las que existieron (y también las que no, y las que existen en ese ámbito intermedio de inexistencia que es nuestra moderna virtualidad) fueron la prueba de que si bien hay hombres que nacen para estar solo hay hombres que nacen para vivir en una espiral de relaciones que pendulan entre lo enfermizo y lo sublime. Entre Estos dos movimientos (uno espiralado y otro pendular) que suplantaran a la rotación y la traslación en el plano de la realidad que relatare, son lo único que yo mismo puedo entender de todo lo escrito

Tampoco creo necesario explicar por que las escribo: es un simple llamado de alerta al peligro, a todos esos cuerpos, de que como yo hay muchos que contemplan envueltos en la tristeza y el silencio sus cuerpos como icono orientan que devuelve aliento, sentido y calor… una alerta a todas esas mozas que, como bien decía el camarada Girondo “el deseo de los hombres las / sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, / ya que no tiene el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a / todos los que les pasan la vereda.”

Por eso simplemente puedo decir que Estos textos existen por que todas ellas, las reales y las que no, me envenenaron…
Todas ellas…

2 comentarios:

P dijo...

Torácica,
mi caja es tu caja.

Barril dijo...

hola, me gustó mucho el blog. Diría algo más entretenido pero tengo el cerebro seco.
un saludo.
si vuelven a subir algo es posible que lo disfrute.
salud!