viernes, 22 de junio de 2007

Parte de guerra: el orden de los cadaveres sobre el campo de batalla(o el amor en tiempos de guerra)


Ejercicio de admiración (o de la ficción.)

“Escribiendo hasta que cae la noche
con un estruendo de los mil demonios.
Los demonios que han de llevarme al infierno
Pero escribiendo.”
R. Bolaño

Amada Shangai Lu:

Ya te dije desde donde escribo, pero no dije ni por que escribo ni para que escribo.
Se que te amo por que estas palabras salen cuando el sol se pone y es el amanecer de la escritura.
Se que te amo por que nada de esto que he escrito, y que ahora lees, existiría sin ti.
Se que te amo por que eres un adversario enorme y glorioso, y no un simple enemigo, eres la compañera que quiero para mis días, para mis noches y para mis letras. Escribirte es para mí un ejercicio de admiración.

Te amo, y esa es mi primera verdad, mi axioma, mi arrebato.

¿De que sirve escribir, leer, ficcionar, dormir, tal vez soñar?, de nada solo para escribir, y con eso me basta.
Nada me puede impedir que escriba sobre los autores que amo soñando que soy como ellos, o soñando que soy un escritorcillo enamorado, esa es mi libertad. ¿Por que no he de hacerlo?
¿Por qué no hacer teología con la fervorosa fe de un ladrón de bancos que se juega el pellejo cada día (con toda su crueldad innecesaria, con todo un contrabando de verdades y mentiras que abren las puertas de algo difuso y quizás falso, pero que de cierta forma, salvan…)?
¿Por qué no hacer filosofía con la ardiente ansia de un detective privado que ata los cabos sueltos de un crimen, de un asesinato, de un secuestro (se perdió lo real, o quizás el ser, quizás el sentido… no se preocupe señorita, déjelo en mis manos, estos son mis honorarios…)?
¿Por qué no amarte y escribirte como si fuéramos dos seres de leyenda (que ambos sabemos somos ya hace tiempo), tu una doncella oriental misteriosa y eterna, yo un marinero de una corona invisible, un imperio que no existe (el cementerio de la literatura, donde construimos nuestras catedrales), cazando ballenas blancas, negras, reinas azules…. o tu una mujer china con el nombre del océano, o con el nombre del color del océano, o un lugar azul del océano azul, el lugar mas azul, el lugar mas profundo, el misterio donde todo marinero desea naufragar…?
¿Por que no he de hacerlo?
“Los escritores no sirven para anda, la literatura no sirve para nada. La literatura sirve solo para la literatura. Para mi eso es suficiente. Con respectos las injusticias, un escritor, adema de ser un escritor, es una persona….”

Si solo eso es la literatura. La literatita no salva, no salvo ni salvara a nadie, a nadie, no cambiara al mundo, siquiera lo hará al sociología, la filosofía, la ciencia, solo los hombres, que nacen del los hombres, de sangre, de rabia, de amor, algo que nace entre fusiles y canciones, y muchachas entre espigas altas, con la violencia de la historia, en el parto violento de la revolución, pero no al literatura. La literatura sirve solo para la literatura, pero con eso me basta. Por que me da vida.
La vida, de eso que no puedo, ni quiero escapar, como no quiero escapar de ti, la vida…
La literatura no sirve para nada, salvo para mantenerme vivo, y golpear la vida con la cacha de mi revolver.


Para que sirve un libro (forma, magnitud, intensidad.)


“No se quien soy, pero se lo que hago y, sobre todo, se lo que no hago ni haré jamás” R. Bolaño

No hay buena literatura ni mala literatura. Solo hay literatura u hojas manchadas, papel pintado.
La literatura es traspasar el papel y ponerse a al orilla del riesgo, un riesgo innecesario, permanente (escritores, cazadores de ballena, ladrones de banco, detectives privados, guerrilleros todos lo mismo, todos uno…), es pararse en el territorio de las colisiones y de los desastres ( los infinitos, los de la clase y las preguntas grandes y pesadas como bloques de granito, pero también los cotidianos, los del barrio, los del niño que se deja violar fumando paco, los del mundo que se hace duro y encierra en su centro un alma blanda…) la literatura es una teoría de las catástrofes, reales, imaginarias o reales que se hacen imaginarias, o imaginarias que se hacen reales. Un espacio en blanco, tan tan tan semejante a la vida, como un paréntesis (un espacio en blanco rodeado por el principio, bordeado por el final…)

El escritor realiza su desafío, se mira a si mismo en un enrome espejo negro, y descubre en esta oscuridad el destino de una escritura o un silencio, que es la otra gran parte de la escritura, lo no-dicho, lo que se calla. Hay una reflexión que realiza Deleuze sobre que es lo que hace la filosofía, y es una reflexión simple y bella: la filosofía inventa conceptos, nada menos, anda más. Y encontramos también en este filosofo una respuesta por la poesía, por el acto de creación.
Bueno, Deleuze da una respuesta al problema de que hace la poesía. Una respuesta interesante y simple, citando a otro filósofo y esteta francés: Malraux. Malraux desarrolla un buen concepto filosófico, dice una cosa muy simple sobre el arte, que es lo que nos interesa, en especial la literatura, es un concepto filosófico tremendo. Que dice del arte? Pues dice que el arte es una cosa que intenta resistir a la muerte, es un acto de resistencia a la muerte.
La literatura no sirve para anda, peor nos ayuda a resistir a la muerte, por que como dice mi viejo amigo Bolaño: “Lo brutal siempre es la muerte. Ahora y hace años y dentro de unos años: lo brutal siempre es la muerte.” Las obras de arte, las verdaderas (y aunque se unjan en oscuridad, un velo de desesperación y tristeza, como algunas personas, como algunos amores incluso…), siempre apuntan a la salvación del hombre, a robar el fuego de la vida a los dioses aunque sea por la mera enunciación del crimen, como diría un detective privado a punto de morir…. Tarkovski, el director de cine ruso, termina por enunciar: “La creación artística es por definición una negación de la muerte. Por lo tanto es optimista, aun si en un sentido ultimo el artista es trágico”

Podemos vivir sin leer, y podemos leer sin vivir, el asunto, el desafió, es vivir a la magnitud de lo leído, en la intensidad de lo leído, resistir, vivir, en la profundidad oscura, en al luz extraña que se presencia en los abismos. Caminar pro el fuego o entre las catástrofes… Por eso un libro no sirve para nada (menos todavía un escritorcillo, solo un juego hedonista, o solo un acto de resistir, que importa…) si no es para abrir un espacio en al vida, que abrirá un espacio en al literatura, que abrirá un espacio en la vida… “Nunca hay que preguntar que quiere decir un libro., significado o significante, en un libro no hay anda que comprender, tan solo hay que preguntarse con que funciona, en conexión con que hace pasar (o pensar) o no intensidades, en que multiplicidades introduce y metamorfosea la suya, con que cuerpos hace converger el suyo. Un libro solo existe gracias al afuera y al exterior” (Deleuze y Guattari). Un libro no sirve para nada, una vida que lee es lo que sirve
Lo que resiste
Lo que vence
Es un amor en tiempos de guerra. El amor de una princesa oriental. Al final solo nosotros dos aun.


El contrabando (o porque escribí)



“Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.

Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.

Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria-
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces

De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.

La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudarán
de mi existencia real,
(días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos
digo que pasarán porque escribí
y hacerlo significa trabajar con la muerte
codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua
-allí, por un momento, siquiera, en esa altura-
luego, al final, un mar que nadie ve
de los que están braceándose la vida.
Porque escribí fui un odio vergonzante,
pero el mar forma parte de mi escritura misma:
línea de la rompiente en que un verso se espuma
yo puedo reiterar la poesía.

Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos psicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.

Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.

Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.”
E. Lihn


Amarte es uan forma de resistir, de vivir, talves de soñar...
tu escritorcillo, desde altamar, robando bancos, cazando ballenas y atando cabos sueltos de un crimen que jamas existio

miércoles, 20 de junio de 2007

Parte de Guerra: Puñaladas, o mi estética literaria (o quizás la forma de mis matemáticas)


Querida Shangai Lu:

Aquí comenzara una guerra….

“Trasladar al plano de la creación la fervorosa voluptuosidad con que, durante nuestra infancia rompimos a pedradas todos los faroles del vecindario” O. Girondo

Un hombre enorme como el mal compra un niño para violarlo por treinta monedas de plata, por un puñado de droga, el esta en los limites de lo que leo, el es lo que leo y lo que no leo, el es lo que veo y no puedo penetrar, el es lo que pasa y no puedo detener, el es todo el odio del mundo y yo soy como un niño con las manos cortadas viendo como los cristales de los faroles del vecindario (que muere devorado por una masa de cemento y espanto) se trasforman en muros imbatibles… así soy yo mi niña infinita y oriental. Yo soy así no esta noche sino todas las noches, cuando las “luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos", titilan amenazantes.

“Una rosa no es el misterio del mundo, no es la belleza del mundo, no es todo. Una rosa es una rosa, es una rosa.” G. Stein

La literatura me salva y me hiere como una especie de medicamento que me come la carne, un lugar donde la miseria me hace un dandy, como al viejo Capitán Bolaño, que ahora yace tendido ante mi, sobre la cubierta de su barco “La Universidad Desconocida” (muerto de una bala en el hígado, nadie sabe como, nadie sabe cuando…) y a mis pies, concluyendo una cacería extraña que me llevo a encontrarte a ti…. “La literatura me ah servido básicamente para leer. En el momento en que decido que voy a ser escritor, me pongo a leer. Y gracia a la literatura he podido leer libros maravillosos, increíbles, como encontrar tesoros. Y en mi vida (y en mi vida también Shangai Lu pienso mientras leo su diario y miro su cadáver semejante al de un santo ortodoxo, un trozo desprendió de un satélite en el vació del espacio, el cuerpo de un cavernícola congelado, mas allá del tiempo y el espacio….) que ha sido mas bien nómade y de una pobreza extrema en ocasiones, leer ha contrapesado esa pobreza y ha sido soberanía, y ah sido mi elegancia. Podía estar en cualquier situación y si leía a Horacio, por ejemplo, el dandy, el que estaba viviendo por encima de sus posibilidades era yo… ” Un ser que lee mientras el barco se hunde en llamas, pero el mundo es el mundo, la biblioteca es la biblioteca y lamentablemente la literatura es la literatura es la literatura. Y todo eso esta en llamas, incluso yo, en llamas por las llamas del mundo, en llamas por que bloque de acero que forje en mi pecho se dejo tragar por una doncella oriental y su misterio… el mundo esta en llamas y yo soy como el mundo.

Pero resisto, por que leo. Y resisto, pro que tu eres la biblioteca o la pagina infinita dodne me pierdo.

Un ideograma indescifrable y eterno, como la China, Shangai Lu, eso eres.

“La poesía siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre el verdadero poeta.” O. Girando

Mientras que tu eres un torrente salvaje, como el gran río amarillo de la china, o el mar de china habitado por infinitos seres, pulpos y algas extrañas, ballena blancas que cazan hombres, mujeres perdidas en la profundidad como barcos, tu eres una maquina pensante pesada y estrepitosa y amenazante, una intelectual salvaje dispuesta devorar el mundo, envuelta en seda, con la sabiduría de los mandarines, con la elegancia de los palacios, con la discreción de los palanquines, con el secreto de las pagodas… las palabras de tu boca me desvelan tanto como otras noches lo hicieron las sinuosas formas de tu cuerpo, tus palabras que se alzan como vidrios hirvientes que amenazan quemar mi idea (o la idea) que nace en mi cada tanto y que a tu contacto se trasforma en usina ardiente que salpica y hiere no a mi sino a todo el universo con nuevas verdades (o proyectos de verdades) con nuevos motivos (que algún día serán poemas, o besos, o besos como poemas, o la enloquecida palabra de un niño que ama a una mujer, granos de arena infinitos….) se que es dar leña a un fuego de una hoguera que jamás se apaga, pero las palabras que no se dicen o nos e escriben generan la peste, mas en el mundo pestilente de por si de las ideas, en el mundo pestilente de por si de la literatura… Tu, mi Shangai Lu, tan radiante y lejana como el mar de la China, habitada por extraños peces, pulpos, algas, te metes en mi cabeza y haces que estalle como un roquerio de estéticas tristes y al mismo tiempo eufóricas.

“Leo como vivo” S. Lu

Esto es, así, mi canon de belleza, es como decir que leo como vivo… pero decirlo desde mi dentro, desde mi muy dentro, una especie de infarto que se hace palabra (donde un corazón, o parte de el, se muere por al luz de la verdad que lo asfixia).

La intensidad, ese es el problema Shangai Lu, no la vida, sino al intensidad de la vida, no la literatura sino al intensidad de la literatura, ¿leer como uno vive o vivir a la altura de lo que se lee? ¿leer como uno vive o leer para transformar lo que se lee? ¿leer como uno vive o vivir como uno lee? This is the question, this is…”Ambicionamos no plagiarnos ni a nosotros mismos, a ser siempre distintos, a renovarnos en cada poema, pero a medida que se acumulan y forman nuestra escueta o frondosa producción, debemos reconocer que a lo largo de nuestra existencia hemos escrito un solo y único poema.”

Pero esa no es la respuesta, la respuesta es la intensidad, que debe ser la poesía, que debe ser lo literario… pues debe ser algo parecido a ti, a belleza infinita de una doncella china, algo parecido al amor… algo que no se puede nombrar con claridad… un incendio que quemara las rosas cubiertas de dialéctica, las amapolas con el roció somnífero de la metafísica y nos dará un fusil cargado de realidad, de la mas dolorosa, pero la mas bella, la mas triste, pero la única.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha pobre rodeada de espigas
Armada del cañón cruel de la realidad
De una belleza infinita, y que no se parezca a nada. Que nunca se parezca a nada, ni a un hombre, ni a un alma, ni a un canto. Sino al mundo, envuelto en llamas.
O no será absolutamente nada.

La literatura no salvara el mundo, pero dibujara su contorno y sacara su radiografía, y nos dará, a algunos, un poco de paz, un poco de salvación. Y por eso vale la pena, al literatura de las cosas grandes y bellas o grandes y horribles, pero también la mínima del pasaje secreto, la de la retórica del tango o la de la lista ideal del quiosco perfecto…

“Aunque ellos mismos lo ignoren, ningún creador escribe para los otros, ni para sí mismo, ni mucho menos para satisfacer un anhelo de creación, sino porque no puede dejar de escribir.” O. Girondo

Desde la proa de mi barco busco un mundo de belleza, te encontré a ti, como ultimo bastión, pero el impenetrable mar de los libros se me vuelve un infinito huracanado.

Sabes, Shangai Lu, mi Shangai Lu....
Deberías estar a mi lado ahora para contemplarte y llevarte a mi lecho…
Pero el océano de los libros es infinito y huracanado
De ti me separa como un guardia celoso, como un universo, pero por ti “las distancias se han acortado tanto que la ausencia y la nostalgia han perdido su sentido.”La belleza es un plato que probare cuando llegue a tu puerto, como hoy…

Tuyo, siempre.
Tu escritorcillo, tu ladrón de barcos, tu detective privado.

martes, 19 de junio de 2007

Nuevo Parte de Guerra (u otra carta de nuestra ficción)


Amada Shangai Lu:

“Tu silencio es una nave con todas las velas llenas...
Blandas, las brisas juegan en las flámulas, tu sonrisa...
Y tu sonrisa en tu silencio es la escalera y las andas
con que me finjo más alto y junto a cualquier paraíso...” F. Pessoa


De regreso en mi frió camarote, congelado, miro como tu me dibujaste el cuarto extraño y polar, camarada tortura, cámara frigorífica, morgue. Te extraño y tengo unas ganas locas, un loco afán, de volver a ti.
Pero así son las cosas
Vos regresas a la corte y a tu castillo.
Yo a mi navegación sin fin, junto con mis marineros chinos, y un nuevo tripulante, el joven Ismael, un simpático rufiancillo que me habla de su antigua aventura, junto a el traía un diario de navegación, y una carta del Capitán Bolaño.

La historia era extraña.
Un barco: el Pecquod.
Un capitán, el viejo Ahab
Un enemigo: una ballena blanca.

Accedió sumarse a mi tripulación a cambio de nada, dice que después del incidente de la ballena no puede dejar el mar, como alguien que no puede dejar una ciudad arrasada por al guerra, es divertido y charlatán, nos divierte con sus historias… un muchacho arrastrado por la marea, el, como yo, ya no perteneces a ningún país que no sea un barco, un libro, una princesa oriental, por que los países, y por que no decirlo, la tierra entera parece un muro que se descascara y que luego llega alguien y vuelve a pintarla, o quiere echar el muro abajo... Somos sobrevivientes sobre el océano con un puñado de hojas de papel que nos impiden ahogarnos, que flotan tras el naufragio, el aluvión o que tramitan su visado para habitar la Atlántida.

Quizás hoy cuando sueñe atraviese el mar infinito, que se parece a i, y encuentre ballenas blancas y barcos hundidos, y a “La Universidad Desconocida” junto a su capitán, el viejo Bolaño, esperándome. Quizás sueñe como un niño afiebrado con un paisaje quebrado, con una mujer que devoro a besos, con una pabellón de oro de la china que me absorbe y, alumbrándome, me extravía, con una princesa que tiene su corazón inflamado latiendo con la furia del encefalograma del capitán Ahab, del joven Ismael, de la ballena blanca. Un sueño de humedad y amor que hace que la luna, al vernos, se ponga roja y arda, pero siempre menos que nosotros. Soñar contigo Shangai Lu es soñar con toda la belleza posible, y con una belleza nueva, que esquiva, puede estar por venir…, pienso en ti como quien piensa en un pájaro que canta o en un grano de pólvora listo para explotar delante de mí.

Yo sigo, y te extraño.
…………………………………………………………………………………………………………..


El texto avanza y avanza, como un tejido nervioso central que se va proyectando de a poco sobre la página en blanco y yo pienso en ti como quien piensa en una idea colosal que no deja escapar detalle ni tesis, ni antitesis ni síntesis sin su perfecta maquinaria. Un grano de pólvora listo para explotar delante de mí.

Te extraño desde esta extraña soledad en que me encuentro, rodeado de libros y palabras. Pero rodeado también de esa posibilidad de volver a encontrarte. Tu, mi princesa oriental (que siente una antipatía innata por los censores y los varones probos… pero especialmente por los redentores de sotana) .

Me llego una extraña carta del Capitán Bolaño, era breve y me hizo sonreír, sin duda el otro día me vio con su catalejo y se apiado un poco de mi, su perseguidor. Escribió, con una caligrafía mas de criminal que de marino, la siguiente misiva: “Has sido malo, pero el amor de una mujer hizo que te volvieras bueno, por eso te perdono.
Para ser tripulante de mi goleta no hay ningún requisito. Un poco de generosidad, un poco de inteligencia, pero no mucha, solo un poco. Algo de valor, no mucho, solo un poco
Tu enemigo:
Capitán R. Bolaño”


Tras leerla y reír, y entender un poco mas de su extraña matemática, se que mañana alcanzare su nave. Todo gracia a ti. Puse al redero de mi cama seis monedas de oro del oriente, sobre ella seis libros (“De las constelaciones que nos atraviesan”, “De la paradoja y del destino”, ” De la conveniencia de no explicarse demasiado”, “Del triunfo de los esclavos”, “Lo que nos pertenece bajo una solicitación muy sutil”, “De la alegría desconocida”), y sobre hojas de estos abiertas al azar, seis balas, el revolver sobre mi almohada y yo en el centro, rodeado de mis notas, de mis poemas, de mis cartas marítimas de navegación, y me dispuse a dormir, a soñar… mi kabala, mi sistema adivinatorio. Ya encontré el tejido central. Ahora solo falta cubrir el texto de huesos, de músculos, de piel… ya casi atrape a Bolaño…

(Ahora, a estas horas cansado y sin dormir, casi por atrapar al viejo Bolaño se en que se parece el amor a escribir, mientras intento tejer la telaraña que rige las leyes extrañas de la literatura y el crimen… Se que el acto de escribir, como el de amar, es un acto de valor y un acto de humildad. En el momento de escribir no queda lugar sino para estas. Antes que yo hubo cientos, miles de escritores que como yo se sentaron en una mesa , a trabajar con los mismos materiales, pluma, tinta. Escritores enormes que leo y releo, escritores mínimos que la historia borro Imposible sentir arrogancia. Ahí solo cabe sentir humildad, como en el corazón de una iglesia o una sinagoga, o un valor para arrojarse al vació de lo que pueda pasar.)

En la sala de lecturas del Infierno, una cámara frigorífica, una barco perdido en un océano de noche, una especie de morgue o sala de tortura. En el club de aficionados a la novela negra.
En los patios escarchados. En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo. Cuando ya todo parece más claro
Y cada instante es mejor, por que me acerca más a una exótica doncella china.
Y menos importante, por que me invade una paz, tan extraña como el amor, como un puñado de pastillas que me regalaste, como un puñado de monedas antiguas o un puñado de balas.
Con un cigarrillo en la boca y sin miedo
A veces
con los ojos a medio cerrar… Y 24 años.

Un servidor

domingo, 17 de junio de 2007

Parte de Guerra…


Mi querida Shangai Lu:

“No hay hombre
que no tenga una pasión
la mía consiste
en escribir versos” Po Chu-I


Desde tu partida esta mañana en el carruaje que te llevo hacia el oriente, junto a tu familia imperial, el insomnio (mi fiel escudero y único amigo) ha regresado. Sin duda la única cura para esa amistad (ese pacto) es una extraña flor oriental, una doncella raptada de su pabellón de oro… te extraño, de eso no hay duda, y es algo que me da una triste alegría, tan extraña y al mismo tan oriental.

Los dos poetas chinos que se han embarcado juntos a mí (no podrías imaginar lo extraños que son, o quizás si, ambos dicen que te aman y se tratan con desprecio por ello, pero me rinden pleitesía por ser tu elegido, uno solo escribe, el otro, solo lee, pero al parecer serán mas útiles en batalla que cualquier otro soldado…), en esta escaramuza contra el General Bolaño, me han convencido de que te escriba una carta pese a la diplomacia y las normas que se debería seguir, la vida sobre el mar se ha hecho extraña, llena de una especie de sueño, de sopor, que nos mantiene a todos en un estado semejante al de aquel que esta a punto de dormirse o a punto de despertarse, no podría explicarlo bien…

Quizás se parezca a lo que decía el niño Rimbaud:
“………..
Me eran indiferentes todas las tripulaciones,
carguero de trigos flamencos o algodones ingleses.
Cuando con mis sirgadores terminó ese alboroto,
adonde yo quería ir me dejaron descender los Ríos.

En los chapoteos furiosos de las mareas,
yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños,
¡corrí! Y las Penínsulas desamarradas
no han sufrido caos más triunfantes.

La tempestad ha bendecido mis despertares marítimos.
Más ligero que un corcho he bailado sobre las olas
a las que llaman rodadoras eternas de víctimas,
¡diez noches, sin añorar el ojo memo de los faros!
…………….
Y desde entonces, me he bañado en el Poema
del Mar, infundido de astros, y casi lechoso,
devorando los azures verdes; flotación lívida
y arrebatadora, un ahogado pensativo a veces desciende.

Donde, tintando de golpe las azulinas, delirios
y ritmos lentos bajo las rutilancias del día
más fuerte que el alcohol, más vastas que nuestras liras,
¡fermentan los rojos del amor!
………………………………………………………”


Quizás sea como decía ese niño ebrio, quizás sea solo melancolía, quizás seas tu tan peligrosa y adictiva como el opio de tu tierra, como el humo de ensoñaciones voluptuosas y humo… el barco avanza, tambaleándose, como borracho.

La Capitana Gutierres de me ha encargado continuar interrogatorios, por lo menos cinco mas, aunque intente negarme su oferta fue ineludible, su paga me asegurara los estipendios para comprar algunos libros, municiones, tabaco… se alegro también del desafió que he emprendido contra el General Bolaño, el, pese a todo, sabe dejarse querer, como una vieja prostituta, a la cual siempre volvemos algunos marineros, algunos soldados, algunos detectives salvajes, algunos ladrones de bancos… el se deja manejar, sabe mostrarse en su goleta veloz, para después desaparecer, me tienta con sus luces, se aleja con sus disparos y sus luces segadoras, siempre hizo lo mismo, por eso siempre lo he perseguido, pero pronto lo atrapare, pronto…

Otro de mis marineros chinos, uno que extrañamente se hace llamar Diego, intentando camuflarse con los otros marineros occidentales, me ha revelado un secreto de tu nombre, un secreto azul, que se acerca mucho a mi profesión de turno… Diego continua contándome secretos raros, quizás son sus cuentos chinos, verdades a media, o verdades orientales que los occidentales difícilmente comprenderemos, quizás son cosas que se le escapan ante la autoridad que desprende mi uniforme, mejor dicho mi disfraz (no podría decirte cual, si el de detective, si el de escritor, si el de ladrón de bancos…) o mentiras que le piden los otros dos poetas (el que solo lee, el que solo escribe) me haga creer.

Shangai significa en el mar, Shangai Lu es “en el mar azul” o mas bien “sobre el mar azul”… yo en mi goleta (mi viejo y fiel “Britania”) remonto el mar azul, deseando remontar alguna noche el océano, tan parecido a un cuerpo, de una doncella oriental… tan profunda, tan frágil, tan violenta como el mar, azul, siempre azul.

Desearía contarte que soñé esta noche, pero no he soñado, solo he ensoñado, que es algo distinto, ese mareo que generan los barcos, esa ebriedad que genera la compañía de mis marineros chinos, el general Bolaño que se escapa y me pide que lo siga… las ensoñaciones han sido raras y espesas, como el opio oriental, como la niebla de Londres, que queda ya tan lejos, como despertar y romper el día con tigo a mi lado, ensoñar, soñar por ejemplo que te veo sentada en una plaza en una ciudad extraña, que se llama Buenos Aires, una ciudad que quizás no existe, o que invente, o que otro invento por mi, o por i… no importa. Ensoñar, soñar, por ejemplo que te veo sentada en una plaza de esa ciudad extraña dejada en ese lugar tan frió y distinto de tu China natal… entonces y me acerco a ti, todavía con mi uniforme (no podría decirte cual, si el de detective, si el de escritor, si el de ladrón de bancos… ) te miro y tus ojos me miran y te digo, sin motivo, “Shangai Lu , querida, Shangai Lu, no sirvo de anda, ni nunca serviré para nada, pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie siquiera lo intentara.” Entonces, como que me sonreías, y yo, como que era feliz. Después se ponía a llover con una lentitud poderosa y volvíamos tranquilamente a casa. ¿Pero donde estaba nuestra casa?.... entonces despertaba del ensueño y recordaba al General Bolaño, que seguramente me miraba desde entre la niebla, con su catalejo, sonriendo, quizás hasta riendo o talvez bebiendo para que la muerte lo alcance antes que yo… pero esa es una batalla pendiente, una batalla futura.

Te extraño mi Sangay Lu, si logra mañana saciarte de la charla de tus cortesanas de de la lengua de las víboras que conforman tu corte, y tienes tiempo, y tienes ganas, sabes que siempre habar un lugar en mi frió camarote para ti. Puedes llamar, puedes mandar una carta, o no.

O no, y dejar que los ensueños continúen, que el General Bolaño me siga mirando desde su catalejo, desde su goleta, riendo, quizás bebiendo para que la muerte lo alcance antes que yo (el muy bandido nombro a su goleta “La Universidad Desconocida”, algún día lo alcanzare, algún día…) yo, como siempre, espero. Yo, como desde hace un tiempo, te espero.

Quiero verte pronto, doncella enorme, como el océano azul, Shangai Lu.

“Con un manojo de blancos lotos
hurtados del lago
regresa una doncella
remando en su pequeño bote.
No puede ocultar las huellas
Porque al embarcación
A través de los flexibles juncos
Dibuja una delatora estela.”
Po Chu-I

Con amor me despido
J. C. Moragaux, capitán de la Royal Navy Cutter Academy, desde la goleta “Britania”, ladrón de bancos y escritorcillo.

sábado, 16 de junio de 2007

Wanna die in beat city and run, run, run


Wanna die in beat city and run, run, run
Wanna hang with girls and shoot my gun
Wanna catch the rays off the sun
Wanna drink and drive and have some fun

Wanna die in beat city and go, go, go
You cant come with me cause youre just too slow
Inject the stars make them glow
Put up a fight and put on a show

Wanna die in beat city

miércoles, 13 de junio de 2007

Spleen para mi Shangai Lu o a una doncella imperial


“Pocos visitantes traspasan esta puerta,
muchos pinos y bambúes crecen frente a los escalones.
El aire de otoño no entra por la pared del Este,
el viento fresco sopla en el jardín del Oeste.
Tengo un arpa, soy muy perezoso para tocarla,
tengo libros, no tengo tiempo para leer.
Todo el día en esta tierra de una pulgada cuadrada (el corazón)…”
Po Chu

Todos los hombres somos iguales?
Todos mentimos?
Ante la pregunta impertinente
Del motivo que justifica
La nihilista caída
De las hojas del otoño... Por que las hojas no se lo pregunta
Las hojas se entregan
Mártires silentes, en tonos sepia
Se dejan llevar por su destino entropico
Para besar el suelo, con la violencia en cámara lenta, tan dulce, tan gratuita
Te escribo desde esta barco ebrio que se tambalea entre una ciudad con olas de cemento, a tu pabellón de oro, a tu china natal.
Tratare de decir lo que me pasa por vos, y temo equivocarme, pero mas temo no decirlo.

Mi querida Shangai Lu

Usted en su China, y yo con mi fiel mandarin que se ríe de mis cartas, usted en su China capitalista de pagodas doradas, tan clásicas, tan modernas. Me tienta con su opio y se ríe de mi opio (la religión, el opio de los pueblos, como decía el buen Marx).

Mi pequeña Shangai Lu, mientras me abraza el cuello un oso panda (literalmente, como bien sabes)
No se por que no te tenia delante cuando me dijiste eso, de que los hombres mienten, de que no te salude, de que olvide tu nombre (pero los nombres son otra cosa, una cosa que quizás hablemos mas adelante querida Shangai Lu, por que esa es otra historia… ), con tu carita de psicoanalista, con tu jazz de fondo, que me recordaba tanto un tango (que paradoja…), que podría ser un tango, de esos que baile algunas noches azules, como la del martes y como las que espero vendrán, junto a ti, a escondidas de mi dios y de tu emperador (¿sabes que en chino azul se dice Lu, y es el color de los escribas?).

Alguna noche azul, de esas que ni los medicamentos calman… pero esa es otra historia.

Cuando yo quisiera que me dijeras, como Dionisio a Ariadna "No hay que empezar a odiarse cuando hay que amarse/ soy tu laberinto" pero eso es muy occidental, o accidental, (y usted es una doncella del oriente, una criatura intocable…)

Vos me dijiste que falle en un pasado no muy lejano, que mi crónica mentía, que mi saludo se escapo de mi memoria, junto con tu nombre… Y quizás vos pensaras Shangai Lu, “a lo mejor me parezco a alguna que había ahí… entre sus libros o entre sus crónicas y no me saludo por que quizás pensó que no existía” o quizás penaste Shangai Lu “simplemente es un descortés, tan occidental, tan accidental. y por eso no me saludo y por eso olvido mi nombre, y por eso, tan grasa, tan occidental, tan accidental, olvido la disciplina del Imperio, la sagrada rectitud de la diplomacia en los palanquines….

Y quizás con tu lengua rápida y perspicaz me lo dirías…Y Yo desearía haberte mirado, y haberte dicho, esto que te escribo.

Quizás te diría cosas crípticas, mas no por ello menos bellas. Que los mares de china no están tan lejos, aunque si son profundos, y por eso son únicos y no se parecen a ningún mar, ni siquiera al mar, por mas que este lleno de olas, de pulpos y algas viviendo en su corazón. Si fuera un mar seria sin duda, o querría sin duda, ser un mar así, lleno de pulpos y algas viviendo en su interior, ¿y tu ? y luego trataría de darte un beso que diga lo que yo no puedo decir.

O podría haberte dicho que no te salude por que es irrelevante (pues saludar a la belleza saludarla es irrelevante, como a la muerte, irrelevante como saludar un ejército que te invade, pero esa es otra historia…) ante tu charla, que los poemas del viejo sifiloso de Baudelaire, y podría decirte por ejemplo:

“La creación es un templo de pilares vivientes
que a veces salir deja sus palabras confusas;
el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos
que le contemplas con miradas familiares.

Como los largos ecos de lejos se mezclan
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la luz, como la luz vasta,
se responden sonidos, colores y perfumes.

Hay perfumes tan frescos como carne de niños,
dulces tal los oboes, verdes tal las praderas
- y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,

que tienen la expansión de las cosas infinitas
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes de sentidos y espíritu.”


Que es como decir, que la belleza es el día en que te vi, que es como el día en que apareciste, y que no tenia que ser, esa belleza, mas que palabras confusas, como las que ahora digo. Porque
todas las palabras
todos los días
fueron de otros hombres
ahora son nuestros
Quizás podría haberlo dicho en francés, si me lo pedías, y luego trataría de darte un beso que diga lo que yo no puedo decir.

Pero seria siempre inútil mi querida Shangai Lu, por que yo tan grasa, tan occidental, tan accidental, tan descortés, olvido la disciplina del Imperio, la sagrada rectitud de la diplomacia en los palanquines….y decir la verdad es decir que fui descortés y no volveré a repetir tamaña tontería.

Pero lo que realmente me gustaría decirte
Lo que realmente me hubiera gustado decirte, al tenerte delante mío, diciéndome, con esa mirada casi de criminal que pones cuando me preguntas o me afirmas algo (esa mirada de psicoanalista), “tu, escritorcillo, pensaste que era una como cualquiera, una que no habría motivo para saludar, manzana”
Y yo te hubiera dicho, o te hubiera querido decir, o quizás lo hubiera soñado Shangai Liu
“!No¡, precisamente por que no te pareces a ninguna, me gustaría encontrarte siempre, en cualquier lugar…” por que esa es mi única y triste verdad. Desde hace unos días, me gustaría encontrarte siempre, en cualquier lugar…
Y después caer rendido ante usted, doncella imperial.

Lo que me dijo mi amigo Tao Yan Ming

Disculpe a este escritorcillo que se dirige a usted desde un occidente tan dañado y perdido, tan impreso de libros que no voy a leer, de palabras que no voy a decir… si no es escribiendo
Por que en mi hay dos, que conversan y se pelean, uno lee el otro escribe
Pero extrañamente se ponen de acuerdo en que les gusta una doncella china, con pecas y pelo lleno ensortijado, quizás se batana duelo a muerte, uno morirá y el otro gozara del amor, pero del recuerdo de la muerte, quizás los dos mueran y solo quede un enamorado espectral, para una doncella con el rostro lleno de estrellas, con pecas tan variadas como las lenguas de la china, quizás no, quizás la doncella se aleje sin dejar huellas y los dos dejaran de vivir por un tiempo, y prenderán las lámpara del duelo… o se enamoraran los dos, y vivirán una especie de amor raro, tan parisino y tan oriental, donde dos poetas, uno que solo lee, y uno que solo escribe amaran perdidamente a una doncella china
Una princesa azul
Mi Shangai Lu
como decía mi amigo, el chino Tao Yan-Ming

“Un huésped reside en mí,
nuestros intereses no son completamente los mismos.
Uno de nosotros está borracho,
el otro está siempre despierto.
Despierto y sobrio
nos reímos el uno del otro,
y no comprendemos el mundo del otro.
Propiedades y convenciones,
qué tontería seguirlas muy seriamente.
Sé orgulloso, no estés involucrado,
entonces te acercarás a la sabiduría.
Escucha tú, viejo borracho,
cuando el día muere,
enciende una vela.”


Yo, ya de noche, esperando verte pronto
Enciendo mis velas, abro mis velas de barco ebrio

Siempre tuyo
J. C. Moragaux, capitán de la armada británica, teólogo y becario de Clacso

lunes, 11 de junio de 2007

Nosotros dos aun… cuatro breves inmolaciones o sobre algunas compañeras de ruta (como el fuego, que camina conmigo…)



Cuarta inmolación y final: Mi pequeña, pero no por ello menos emotiva, divina comedia

A la extraña pecosa que me manda mensajes mientras estoy en misa, que me regalo, sin yo merecerlo un hermoso sábado mas no una tan hermosa película… pero también a FranÇoise Trauffat y todos mis inmolados, que quedan en el camino y son el polvo con el que hablo, a quienes cuando dudo, y no recuerdo les pregunto,… cuando todos piensan que hablo solo.

Quizás esta sea mi crónica mas intima, también la mas ficticia, en esa donde no se ni me interesa separar la delgada linea roja. Si es de su agrado, las crónicas continuaran. Pero si no lo es, cosa que no me extrañaría ni molestaría en absoluto. Creo que es el mejor final para un ciclo…. Y ya repuntando el lunes y en la belleza extrema de un sol naciente puedo entender mejor lo que ha sido este oficio de escribir, me ayuda a entender lo oscuro que me he vuelto. Y lo mucho que lo disfruto.

En el momento que leen esto tendrán solo una certeza, quien lo escribe lo escribe con una sinceridad absoluta, no de que cosa ocurrió o no ocurrió, sino de que se quiere hacer de escribir una forma de idea, una forma de vida.

Y es que en este juego tan raro que es “el arte”, solo hay tan poco que podemos hacer… la posibilidad de decir, costo un tiempo, pero, aprendí que es importante también tener la modestia de saber que se pueden decir muy pocas cosas sin mentir. Finalmente es ese el arte, no mentir. En todo caso adelante. Si quieren seguimos hablando. Yo sigo escribiendo, ustedes leyendo. Ya saben.

Yo en esto, como en nada, tengo la verdad absoluta

“Creo no haber confundido todavía nunca la ficción con la realidad, aunque si las he mezclado en mas de una ocasión como todo el mundo, no solo los novelistas, no solo los escritores sino cuantos han relatado algo desde que empezó nuestro conocido tiempo, y en ese tiempo conocido nadie ha hecho otra cosa que contar y contar, o preparara y meditar su cuento, o maquinarlo.” Javier Marias, La Negra espalda del tiempo.



1) Infierno: El Hombre que ama a las mujeres.

“Renacer, ser capas de emocionarse y aun ser amado, no alcanzan a constituir una existencia plenamente humana. Hace falta, además, poder ser activo, poder tender deliberadamente la mano a otro para poder obtener calor y afecto, poder atreverse a llenar el foso que hay entre uno y otro, tender la mano y transformar en intimidad la separación física de los cuerpos, amar y no solamente ser amado” Bruno Bettelheim.

Partamos por un hombre, es decir por un nombre: J. C. Moragaux

J. C. Moragaux (de aquí en adelante solo Moragaux) tenia casi veinticinco años (eso, algunas noches lo atormentaba, pero también lo atormentaban algunas noches la revolución que no llega, sus amigos muertos, sus amigos vivos, pero ninguna de estas en demasía, como para no dejarlo leer, o dormir, o soñar… pero había algo que lo atormenta, desde hace un tiempo, de otra naturaleza… que quizás es el único motor de su historia.) Vive, o mejor dicho, habita, una ciudad llamada Beodo, en la capital del Imperio de Buenos Aires. Trabaja como docente universitario, trabajo que le gusta y le da, cada cierto tiempo, algunas victorias intelectuales. Sus investigaciones filosóficas, teológicas, estéticas (parte también de su oficio, aunque, sépanlo bien, su amor verdadero es la literatura, no precisamente escribir, cosa que hace, mal y a desventura de unos, por suerte pocos, lectores y amigos, sino que ama la literatura por ese estado de transpolacion, ese extravió, ese mareo dulce como caer por el agujero de un conejo, que es leer) le producen una verdadera satisfacción, si podemos llamarlo así, pero deja de pensar en ello en tanto franquea la puerta de la Facultad, de los cafés donde encuentra a sus amigos, de las casas donde comparte vinos e insomnio (aunque quizás el afán de leer y de escribir lo acompañan mas de lo que cree, de lo que sabe, de lo que quiere…), en fin, lo olvida rápido, todo eso que de alguna forma “ama” cuadros e queda solo. Y es cuando esta solo donde aparece eso que realmente Ama. Su pasión.

Por que la pasión de Moragaux era exclusiva: La Mujer, Las Mujeres, todas las mujeres.

Para Moragaux, por ejemplo, son las piernas de las mujeres como “compases que recorren, que mesuran, miden, en todos los sentidos, el globo terráqueo, dándole sus equilibrio y su armonía”

No era, no es, y no lo será nunca, una especie de Play Boy o Don Juan, ni mucho menos, ni machismo menos. Moragaux era una especie de cazador, solitario y ansioso, que se deslumbraba tan rápido, que solo podía llevar o un rifle descargado o una cámara fotográfica (recordaba a veces, cuando pensaba en Moragaux, algunos locos que persiguen en sus autos los tornados y los huracanes, para ubicarse en el centro de estos, como convencidos de que verían algo, donde no lo hay, o quizás si lo hay pero no lo hemos conseguido comprender… también me recuerda la ocasión en que le dijo a una chica que la felicidad era como un poema de Rimbaud, creo que lo recito en francés, aunque no, no hubiera hecho eso, no es su estilo. En fin, la chica dulcemente le dijo que esa era la felicidad para Rimbaud y no para el. Moragaux, con sus ojos pequeños y una sonrisa lánguida, le dijo que si, que esa era al felicidad para Rimbaud y que quizás por eso era la felicidad para el; que para el, Moragaux, era como decir que en la felicidad era esa belleza infinita que invade el alma cuado se encuentra algo bello y que llega, por necesidad, de manera extraña; que para Moragaux, aunque puede que me equivoque, pues la verdad no lo conozco tan bien como creen, era casi lo mismo que decir que Rimbaud era un pendejo rabioso que le importaba muy poco, por que estaba feliz, pues por que la felicidad para el era ella, la extraña coincidencia de tenerla delante de el, y poder contemplar las maravillosas pecas que cubrían sus mejillas y su nariz).

Era un cazador extraño, pero era un cazador, y como ya dije, un cazador solitario y ansioso.

De su familia sus amigos sabían poco, incluso de el sus amigos sabían poco, cosas que solo revelaba, a medias, o veladamente, o friccionadamente, entre las líneas de una escritura de a tiempos barroca, de a tiempos hermética, pero cubierta por un extraño polvo, opaco, aunque dulce, de tristeza, o mas bien, de nostalgia.

Quizás esto fue así por que Moragaux era como todo el mundo. Y la escritura es algo vedado para la mayoría de los mortales, algo secreto, exclusivo, solo para iniciados. Moragaux, como todo el mundo, sufrió, como todo el mundo, hizo sufrir (aunque quizás de lo primera, su dosis fue, un poco, pero solo un poco, mayor que la de todo el mundo)

Sentía una verdadera emoción frente a cada nueva mujer le parecía que cada una poseía (poesía…) algo único e irremplazable, una promesa secreta que el no podía ni romper, ni ignorar, ni perder.

2) Purgatorio: frió y silencio bajo una estructura metálica amarilla

“Que nunca el canto se parezca a nada, ni a un hombre, ni a un alma, ni a un canto”

Ese sábado estaba mas frió y el tabaco peor (su cigarro, y no cigarrillo, de tabaco criollo, es decir tabaco amargo, negro y, por sobre todo, económico, estaba mas insufrible que de costumbre… me matara mas rápido, pensaba Moragaux, para tranquilizarse y pasar la espesa capa de humo, semejante a petróleo crudo, por su garganta…)

Tenia, ceo, la certeza de que ese día por su complejidad había sido rodado, sin su consentimiento, en blanco y negro, y puesto como parte del montaje de una película de la cual el no tenía la culpa, ni el guión, ni la dirección, siquiera la mera noción de su trama, siquiera el pequeño recorte de critica del diario con toda su inexactitud (aunque, algunos que lo conocemos hace algún tiempo, sabemos que no es rara esa sensación en el, por decirlo de alguna forma, ese estadio suele “invadirlo”, cuando pasan pequeña cosas, o cosas grandes, como aquella ves en que se encontraba bajo una estructura amarilla, enorme y metálica, frente al Teatro San Martín y el esperaba una niña con una constelación dibujada en el rostro… ahora que recuerdo el me contó una ves que el mundo suele ser así, que para el es algo tan natural como la fuerza que hace girar el planeta entorno al sol o en realidad dijo “La seducción es el motor de la historia/ La seducción es el motor de la histeria/ La histeria es propia risa de un útero / Y la historia es siempre una mujer y una pistola cargada”, y yo simplemente entendí otra cosa; como que para el mundo suele ser así, que para el es algo tan natural como la fuerza que hace girar, en realidad ya no lo recuerdo…) fue entonces cuando me fui y lo deje esperando solo, como el me pidió.

Cuando me aleje vi que prendía el tercero de sus cigarros…

Era en Buenos Aires, frente al teatro san martín

Invierno

Frió

19:00 horas

Ella no llegaba…

3) Paraíso: … La Parte de Moragaux

“…aprendí mucho en mi vida/ en los libros/ y fuera de ellos…” William C. Williams

19:10… ella llega.

(Película, cena, café, charla…)

23:30… - que tienes escrito en la mano? Pregunto


- algo de lo que no me tengo que olvidar, respondí… fue una linda noche, segura que no quieres venir?

- Si, estoy cansada

- Tienes ojitos de sueño

Nos subimos al taxi…la mire hablar, también mire sus ojitos de sueño y su pecas, y pensé, y mas que pensé sentí un deseo enorme de decirle “Vera. Usted esta por liberarse de mi, lo cual es una suerte: la envidio”, o bien “Si tienes ganas de hablar, llámame”, o bien algo gracioso como “hubiera preferido romperme una pierna en ves de ver la peli que vimos jajajaja” o inclusive algo profundo y reflexivo como “El mudo del poeta depende el mundo que ah contemplado”, pero no dije nada.

La mire hablar, también mire sus ojitos de sueño y su pecas, y pensé, y mas que pensé sentí que caminaba por los senderos, y soñador, sin hablar, y un amor infinito invadió mi alma, y partí, en compañía de una mujer…luego pensé que claro, eso en realidad era un poema de Rimbaud, pero que era como decir, de verdad, que esa era la felicidad, esa mía y de Rimbaud, belleza infinita que invade el alma cuado se encuentra algo bello y que llega, por necesidad, de manera extraña; que para mi, era casi lo mismo que decir que Rimbaud era un pendejo rabioso que en ese instante siquiera existía, o importaba muy poco, por que yo estaba feliz, pues por que la felicidad para mi era ella, la extraña coincidencia de tenerla junto a mi en un taxi, y poder mirarla hablar, ver sus ojitos de sueño y las maravillosas pecas que cubrían sus mejillas y su nariz

Al bajar del taxi mire mi mano y leí la consigna que me había escrito, para no olvidar, de W. Stevens: “La poesía es una fuerza destructiva”… y camine por la noche, solo.

sábado, 9 de junio de 2007

Nuestra Música o sobre nuestra época, nuestra perspectiva, nuestros modelos de espanto (bolañadas)


“Yo trabajo con al ignorancia, con la impotencia… pienso que, en nuestros días, cualquiera que preste atención a su propia experiencia se da cuenta de que es la de alguien que no sabe, que no puede.” Samuel Beckett.

Los días, la vida (la poesía) son como este texto: colmado de omisiones. Me tumbo en la cama a pensar algunas cosas y a beber otras mas fuertes.
Por supuesto, como siempre, llega Ella.

1

Dos o tres cosa que se sobre ella

“No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto,
Es lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos”
(Gabriel Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro)

(Fue por ella, por su culpa, que todo lo que leen comenzó, no esta crónica, ni todas las crónicas ya enviadas, sino que es por ella que existe la literatura... fue como la violencia, partera de las historias. )

Estoy visualizando nuestros rostros sedados
con la impronta del amante dolorido
y tu aire seductor envenenando mi retórica…
estoy visualizando una casa hace años con dos niños
estoy visualizando el hambre de una tarde pobre, una tarde fría y pobre de villa y pasillo, en una ciudad gris. Esa ciudad se llama Santiago.

Hay, además, solo una manzana.

Cuando corto la manzana encontró, en una de las mitades, un gusano dentro:

- no es maravilloso – dijo, separo la parte del gusano, el costado izquierdo de la manzana, corto el derecho en dos, me tendió una de las mitades (en realidad un cuarto de la mitad derecha) y el otro lo masco.

Hacia un frió ártico y ella tenia los cachetes y la nariz roja, en esa casa oscura y hecha casi de cartón.

Yo solo la miraba, no tenía mucho más que hacer ante ella.

Tenia unos cuantos secretos que no me interesaba conocer, no por que no quisiera, sino por precaución, solo precaución, descubrir que bajo esos cincuenta quilos de peso y metro setenta de de piel y hueso se podía esconder la mas oscura de las cosas, un enorme agujero negro que, sin duda, me devoraría, una cicatriz abierta y sin zurcir.

Escribió algunos de los poemas más bellos que alguna vez leí.

Comía la manzana con una lentitud exasperante. Y mientras yo la miraba, mi porción se oxidaba tomando un color marrón y poco apetitoso.

(Mientras, afuera, en el mundo, miles y miles de jóvenes, modernos y atrevidos, escuchan sus música moderna y atrevida, serigrafían sus remeras, con frases inteligentes de publicista e imágenes de la cajita catódica, de la web, consignas que vieron en algún canal cultural de cable o leyó en algún folletín importado (Spin? ArtNow? Zinemagazine? Flux?...) comiendo Sugus con sus amigos diseñadores….)

La miro y siento como si mi sangre fuera agua mineral gasificada, me mareo. Quiero desvanecerme, no desmayarme, solo desvanecerme… como el gas del agua mineral.

Solo podía imaginarla en su quietud tejiendo delante de la guillotina, salpicando su bufanda ante monarcas decapitados… ella inmutable, como un grabado de la Revolución Francesa.

El gusano seguía en su mitad de la manzana, posiblemente, feliz.

Ella sabia que aunque mis ojos Esteban sobre ella, sobre su lento comer, pensaba en el gusano, mis ojos verdaderamente estaban en la otra mitad de la manzana.

- Hasta en una papa se puede encontrar un gusano dentro – dijo – no necesariamente dentro de una manzana… y es así como se encuentra la belleza en las cosas… No en una mesa enorme con la comida servida, y llena de gente hambrienta alrededor, sino que lo bello seria una mesa vacía llena de gente hambrienta alrededor… gente esperando su salvación.

Después solo siguió masticando el pequeño fragmento de manzana que le quedaba en la mano.

2

Ella: Una manzana verde y cuadrada


“… Puedo hacer que tengan frió o calor
puedo hacerles sentir miedo…
pero no cualquier miedo ¡no!
Puedo hacerles sentir mi miedo frágil,
que me nace al ver una olla con agua hirviendo.
O el frió, el frió que se cuela por
mis huesos
Apenas abro la puerta de la heladera…
A eso le llamo poesía…”
(Constanza Montenegro)

Una manzana verde y cuadrada...

Frágil y triste, costura catedrales cada vez que podía, me demolía da vez que podía.

Con la dulzura de los desahuciados, escribía sobre un grano de arroz en una olla de agua caliente, o sobre una hormiga cargando, no una hoja, sino a su hermana muerta, o un huevesillo. Incluso, no pocas veces, me hablo de las manzanas o duraznos a medio comer.

Esas violentas y mínimas postales, pan de cada día, son de los poemas mas bellos recuerdos... dejo atrás todo posible equipaje, todo antiguo personaje desgastado. Y es que su dulzura, aunque se que esa no es la palabra correcta, pero diremos que su dulzura cubría una oscuridad enorme, de una forma angulosa y frágil, donde florecen extrañas y breves frutas, flores, helechos, selvas, taigas, tundras, estepas, todos silentes, todos secretos, todo en ella, algunos, pocos, muy pocos, también para mi.

No tardaría en llegar la tragedia, eso lo sabia (esa invitada inevitable, quizás antes, quizás después.)

Era delgada. Siempre me pareció una ramita al borde de romperse, una manzana a punto de caer. Era delgada. Un hilito de vida.

Hace tiempo ya no sé de ella...
(Ella, Ela, Elle, She, Lei, Sei, enumeraba un suicida...)

Tal vez eso sea bueno en cierta forma, en una forma frágil y triste (su única forma posible, su forma).

A veces pienso en ella, y digo, para mi, que ya sucumbió. La delgada varita ante el huracán de la pena se partió en dos (como algunos ya lo hicimos) o tuvo la valentía insolente de dejarse caer de su árbol, de dejarse partir... A veces soy feliz y pienso en ella, pienso, imagino, sueño que ella es una manzana roja colgando de un árbol, una delgada varita ante el viento huracanado. Y sigue jugando a ser una tierna y rara manzana roja que esconde su verdadera realidad.

Y un día sin, personajes desgastados que molesten, preparara las escenas necesarias, los guiones, las formas, donde ella piense, imagine, sueñe, su revelación, regale gratuita su verdadera forma, un fruto diferente, una manzana verde y cuadrada.

“... cuando pienso en su vida
y la comparo con otras vidas
que parecen más interesantes, originales
y bellas
comprendo que ella hirió menos gente
que cualquiera que yo conozca
(y con herir quiero decir nada más que herir).”
(Cahrles Bukowsky, Uno para mi querida dientes torcidos)

viernes, 8 de junio de 2007

Toro Salvaje version villa...


Las palmas los negros que le cabe la joda
Las palmas las pibas que le cabe la joda
Y si te cabe Re Piola...
Re Piola...

Me paro de mano, soy el negro del barrio mi sueño de pibe era ser boxeador... me pongo los guantes proqu eme la aguanto ahora de polenta yo te voy a dar... rraaa...

Yo quiero boxear, vos vas a cobrar y bailar la cumbia despues de ganar

Yo quiero boxear, vos vas a cobrar y bailar la cumbia despues de ganar

Me paro de mano, soy el negro del barrio mi sueño de pibe era ser boxeador... me pongo los guantes proqu eme la aguanto ahora de polenta yo te voy a dar... rraaa...

Yo quiero boxear, vos vas a cobrar y bailar la cumbia despues de ganar

Yo quiero boxear, vos vas a cobrar y bailar la cumbia despues de ganar

jueves, 7 de junio de 2007

Nosotros dos aun… cuatro breves inmolaciones o sobre algunas compañeras de ruta (como el fuego, que camina conmigo…)


Apéndice: Esas, Esa, Ella…

Esas, Esa, Ella… pequeñas inmolaciones, los secretos ciclotrones, dinamos violentos, mis mas con mis mas secretas explosiones, ven a ver este infierno que se abre ante esos ojos, vena ver este infirmo que se llama vida, y es mía, y ahora es tuya también…Ven a vivir esta fragilidad peligrosa de corromperse.
“Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona...
Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene”
Emily Dickinson

Esas, Las crónicas: La ciencia de los camaleones.

“El Lector ideal de mis obras es un católico renegado y un músico fracasado, corto de vista, daltónico, auditivamente tendencioso, que ha leído los libros que yo he leído y tiene mas o menos mi edad.” Anthony Burgess

O no se que me pasa cuando escribo, no se donde estoy y cuando escribo, es como una borrachera, fiebre, es como si me cortara trozos de piel y los mordiera, ellas, las que aparecen en mis crónicas, pasan a pendular
largamente, entre lo real y lo irreal, con una violencia y una calma inmorales. Y yo me cuelgo de sus trenzas o los retazos de sus ropas como un enfermo.

Todo lo que eh sabido hacer es una recapitulación de situaciones, caminar sin mirar atrás las estatuas de sal y las montañitas de cenizas, las pálidas calaveras de los que ya nuca veré ni quiero ver. Dejarme esparcir como una mancha de aceite, como una mancha de aceite, como una mancha de aceite…
Se que el exceso y el barroquismo de mi letra produce mas de un escalofrió o el aburrimiento brutal (el peor balazo que puede recibir alguien que aspire a escribir) aun así tengo que hacerlo. Aunque en el intento queme mis últimos cartuchos, termine comiéndome mi propia piel, quedando en mis músculos desnudo, servido y presto a la rapiña de las aves. Y es que en e o consiste vivir intensamente, consiste en sentirse morir de vivir.
No pude vivir, ello me fue negado, pero escribí.

Acá el futuro se vive en su pasado, noticias vulgares en radios vulgares, escritos vulgares en paginas vulgares, de un pobre y triste y vulgar niño que se cree que escribiendo rinde honores y exorciza escenas que lo asaltan y lo duermen, cuando el sueño llega con una bofetada violenta…

Cuando descubrimos que las cosas cambian su forma constantemente empezamos a
dejarnos seducir ya no por las perfectas ideas, sino por la posibilidad de mutar, por als ideas incompletas, las formas para armar. Lo que escribo no deja de ser un ejercicio de violencia contra esa belleza terminada, demoliendo edificios nuevos construiré las ruinas del mañana, que disfrutaran ustedes
como caprichosos turistas.
La belleza cambia de piel ante lo que fluye, lo que fluye nos seduce y nos envuelve, nos hipnotiza, como el cuerpo de los gatos, felinos diminutos y hechos de agua.
Eso podría ser llamado al ciencia de los camaleones Todo lo que seduce es lo que se transforma, lo que se pierde en sus múltiples cambios y en última instancia tiene como única forma y un único fin:
El
movimiento...

Esa, La muerte: …Cuestiones de Muerte, Cuestiones de Muertos

“Uno a uno se perfilan los objetos,
se apresuran: claridad, contorno de la hoja.
Mas ahora la severa dignidad de la entrada,
apacible, el profundo cambio
ha llegado hasta ellas: enraizadas
se aferran al suelo y comienzan a despertar.”
(W. C. Williams)

Desaparecer?, no... el fin es fluir, como la columna de los gatos bajo los
dedos.
Cuando era niño dejaba desaparecer todo delante de mí... La experiencia de no estar, de volverse imperceptible, no para otros, sino para mi mismo, el sentir no estar, aun estando y aun siendo bajo las turbias
miradas
de
lo otros... Como cuando te pierdes mirando el verde espectro del pizarrón en la clase...
y ya no estas. Donde la pantalla de la conciencia se pone negra y llueven pequeñas palabras blancas, como una tibia nieve sobre la nada.
Una extraña embriagues… y ya el mundo la vida la muerte (esas, esa, ella), ya no sigue doliendo tanto… Ven a vivir esta fragilidad peligrosa de corromperse.
Frágil es la muerte que dibujo, frágil y peligrosa de corromperse. Por que nunca hable de verdaderas muertes, hable de gente que se murió (cosa real que supera la crónica y es parte de mi rosario de fantasmas…), que es
una cosa muy distinta de hablar de la verdadera muerte, hable de sentirme
morir (cosa que ocurrió y muchas veces), de que la muerte me amamanto (lo cual es verdad ya que por la noche siento el sabor de su leche morada y espesa, el aroma dulzor pero de tacto frió en su pezón….) pero no de muerte, de la verdadera muerte, por que la muerte, la verdadera muerte es una cosa , como la fotografía, meramente referente a la luz, como dijo Goethe en su lecho, se trata de luz.
De mas luz.
“La muerte mas profunda, al verdadera muerte, es la muerte causada por la soledad, cuando hasta la luz se convierte en un principio de muerte” (E. Cioran) es como la fotografía, solo se trata de luz.

Hay dos inmolados mas, hay muchos mas, para ellos es esta palabra que no tiene forma que hoy escribo, para ellos son estas cenizas que el viento esparce sobre el papel y que inflamaran, finalmente, de forma silenciosa, todo, todo, todo, todo…

Que fin tiene todo esto: nada, solo es una forma de cómo elegir morir, a mas largo o mas largo plazo, eso es inevitable, lo se bien, pero es una elección, y una invitación en este gran teatro del mundo a ser parte de las mínimas e insignificantes crónicas que dejo, para que sean participe también de esta comparsa, esta fragilidad infinita, esta fragilidad peligrosa de corromperse “quiero que en la hora de mi muerte lo que allí se presente sea la encarnación de mi vida, que no será otra cosa que lo que esta halla sido” (Javier Marias)

Sientanse invitados a mirar, a tocar, a oír… la muerte cuando lee sonríe (¿Qué otra cosa podría hacer?)…

Atraccion de Dani Umpi.... lo +


Atraccion
Dani Umpi

¿ves que nuestros átomos se atraen
y que interaccionan quimicamente?
¿sientes los enlaces covalentes
ordenando en puentes las moléculas de esta pasión?
la luna llena acelera el proceso
de nuestras asperezas ensamblándose
entre nubes de electrones dilatándose
balanceándonos en la balanza de torsión
cuando nos sarandeamos en la pista
las otras entidades nos respetan
porque giramos tan pero tan cerca
en nuestro propio eje de rotación y traslación
y es que

sólo es atracción de mi corazón
que te tiene preso y quiere un beso
quiere amor
sólo es atracción de tu corazón
que me está apretando, está agarrando
todo lo que generó esta situación

(lara) esa fórmula es muy difícil
¿cómo lograr que se efectivice?

se vuelve un punto esta línea recta
formada entre el punto A y el B
un ser unicelular llamado C
cuya potencia cataliza el factor D
cuando entramos en contacto íntimo
no hay repulsión ni hay descargas
creamos electricidad estática
inversamente proporcional al cuadrado
de la distancia entre tú y yo

sólo es atracción de mi corazón
que te tiene preso y quiere un beso
quiere amor
sólo es atracción de tu corazón
que me está apretando, está agarrando
todo lo que generó esta situación

miércoles, 6 de junio de 2007

Nosotros dos aun… cuatro breves inmolaciones o sobre algunas compañeras de ruta (como el fuego, que camina conmigo…)


3) Dalila o el fin de un verano apresurado

“Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendía la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.”
Enrique Lihn

Prologo:
La vida de los que eligen el oficio de escribir es más bien complicada, por decir lo menos, la muerte, la melancolía (una forma de muerte en vida), la locura o la violencia (una forma viva de la muerte), son pan de cada día, o propina, o sueldo, o crédito quizás, en la dieta de la escritura. Pero hay un negocio, un intercambio extraño, desigual y combinado, pero del cual surge, solo un poco, de esa materia oscura que son las palabras, como petróleo, sangre negra precámbrica e inflamable de muertos milenarios, de materia antigua.
Son misteriosas formas de salvación que se encuentran entre las letras, escondidas.
Extrañas formas de salvación, mas allá de la carne, mas allá del papel impreso también, donde la muerte no tiene dominio, debajo del ojo del lector, que sin miedos e asoma en ese áspero abismo que escriben manos que ya no son manos, sino cúmulos de huesos o con suerte floreciente materia que se pudre, que se descompone dando paso a formas distintas… como los dinosaurios, sangre negra precámbrica e inflamable, oscuro petróleo para los faroles de otras vidas.

” (…) Donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca
levante su cabeza a los embates de la lluvia;
y aunque ellos estén locos y totalmente muertos
su cabezas martillearán en las margaritas;
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba,
y la muerte no tendrá dominio.”
(Dylan Thomas)
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Baudelaire, un anciano gastado que muere pobre, víctima de la sífilis y herido por la afasia. Antes de la llegada de la Parca no puede hablar, no puede escribir, la enfermedad lo hiere donde más le duele. Rimbaud agoniza en el norte de África, traficando armas, con sus piernas amputadas, el, que había sido llamado “el hombre con los pies de viento.”, Rilke, muere envenenado por la herida causada por una de las rosas que cuidaba, Verhaeren muere aplastado por una locomotora similar a las que había exaltado, Whitman, el magnífico poeta vagabundo, muere postrado por al parálisis.
Goethe al asomarse a la oscuridad del fin, la ultima oscuridad, gritaba por luz, por mas luz, Lezama Lima, el poeta modernista cubano, muere vestido como un dandy, el que siempre fue un perdedor, conservando un cigarrillo encendido entre los dedos, John Donne pide que lo lleven a un balcón para que su público vea como muere dignamente un cristiano y un poeta, Nerval, que se suicida en la calle donde ambiento algunos de sus cuentos más bellos.
Dylan Thomas, que muere de un colapso hepático tras beber 40 vasos seguidos de whisky, a la entrada de una iglesia en Gales. Jack Kerouak también muere con el hígado explotado por el alcohol. Bolaño también muere sin hígado, son emuladores de Prometeo, desencadenados y ardientes, encadenados a ellos mismos y a un oficio. William Burroughs se salva, pero su mujer cae en combate en el fugo cruzado de la heroína y de un rifle… ella también murió. Fue una muerte menos gloriosa, menos heroica, menso épica. Fu una muerte como ella, como confeccionada a su medida. Mínima. Discreta.

Mientras, yo solo leo (hay veces en que también escribo), solo leo. Solo. Me entrego a recordar sus vidas, solo un poco, a visitar sus mansiones olvidadas, llenas de polvo, solo un poco, como un niño en casas abandonadas y llenas de fantasmas. Caminar mis propios senderos sin destino, solo un poco. Solo. “Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos”
(F. de Quevedo)

También pienso en ella.

Recuerdo a esa otra niña, y es qué decir mujer seria un exceso, un acto barroco e inútil, lleno de crueldad innecesaria, nombre de peluquera tenia. Dalila.
Hebrea ella. Baja y vestida de negro, como en un ataúd de tela, anteojos gruesos, sonrisa breve, caminaba con los pasos que daban las bestias y era la bestia que hablaba con furia y verdad iluminada por una lengua de fuego, su charla era de proporciones bíblicas (cuando hablaba)…. Toda la ciencia y todas las artes, y todo lo leído y lo escrito cabía dentro de ese pequeño cuerpo, cabía dentro del espacio que hacíamos en los cafés, en las oscuras esquinas donde siempre nos escondíamos. No. Esconder no es la palabra correcta (sé que no es la palabra). Ella, como el infinito, jamás se ocultaba, no hubiera podido hacerlo; hasta el día que la oculto la tierra dentro de ella y los gusanos y las cepas y las criaturas de la ciénaga vital hicieron de su cuerpo, breve, blanco y blando, su festín.

Veinte años tenía Dalila. Y veinte años no es nada, para que dentro de ella los gusanos y las cepas y las criaturas de la ciénaga vital hicieron de su cuerpo, breve, blanco y blando, su festín. Los cementerios son sus ciudades, nuestros cuerpos olvidados, sus catedrales…

Ella, que partió a Israel con una jugosa beca a buscar palabras secretas entre secretos libros con sus ojos serenos, su enanes de baja estatura, propia de una mujer de tan altas ideas, como venenito en frasco chiquito, venía a este mundo de las letras condenada a una muerte rápida y pronta tan pronta en este relato pero más pronta en la triste vida… la literatura es como una puta tierna, tendida y pringada, de piernas abiertas que espera a sus amantes para infectarlos de muerte, melancolía. Pero ellos, clientes de pro vida, o mas bien adictos, no se niegan nunca, ni ella tampoco, el intercambio infeccioso de su muerte.

Tenía su apellido tan lleno ges, de eses, de erres, de enes, un nombre tan de filosofa, tan de antología. Partió hacia su tierra prometida, partió y termino partiéndose, termino..., También me acuerdo de ...Como termino: con los sesos desparramados en su suelo de los lamentos. Choque de auto.

Choque de auto

Yo me entere un jueves,
A las doce del día.
Sin embargo... sin embargo.... Sin embargo aquí estoy cuidando tu sueño como un tigre rojo o un soldado de basalto de centinela en las avanzadas del mundo.

Tu cuerpo descansa entre mis libros y cada una de mis ideas, porque fuiste tu la que me enseño a cantar “La Internacional” y la violencia que esconden las palabras como secretos tesoros. Tu fuiste partera de la violencia y de la muerte y la muerte agradecida te llevo con ella, por que ella es una mujer impaciente y alcohólica y tan puta como la literatura, ellas dos y su afrancesada danza macabra:

“Zig et zig et zig, quelle sarabande!
Quels cercles de morts se donnant la main!
Zig et zig et zag, on voit dans la bande
Le roi gambader auprÿs du vilain!
Mais psit! tout ÿ coup on quitte la ronde,
On se pousse, on fuit, le coq a chantÿ
Oh! La belle nuit pour le pauvre monde!
Et vive la mort et l'ÿgalitÿ!”
(Cazaliz)

Tu eres un río enorme de alegría que se me escurre entre las manos de la memoria, injusta la vida que nos deja sufrir tanto y por tanto , que nos llena de escenas dignas de películas; luego luego nos arranca la carne de apoco, lo que amamos, de a mordiscos… que es como decir “Bajo el celeste pavor y delira por la única estrella/ el cántico del ruiseñor” que es como decir, muchachos, les dije, que veía los esfuerzos y los sueños, todos confundidos en un mismo fracaso, y que ese fracaso se llamaba alegría.” (Bolaño)

Quedaran claveles y huesos para mi ¿Cómo no? Si la muerte me amamanto a mí tanto tiempo con su pecho dulce y firme como una gran madre negra…. Y viene de noche atentarme con un festín de dulces recuerdos, nunca podré negar que el camino que recorriste (ni menos el que yo he recorrido) fueron bellos, pero de una belleza (y también, por que no decirlo, una alegría…) que se esparce despacio y se aprecia todavía mas lento, como manchas de aceite sobre el papel.

Sin embargo, los gusanos y las cepas y las criaturas de la ciénaga vital hicieron de su cuerpo, breve, blanco y blando, su festín. Los cementerios son sus ciudades, nuestros cuerpos olvidados, sus catedrales… y tengo que limpiarme como un campo arrasado por el fuego cuando, así como ahora, no termina ni el tabaco ni la tinta, y tejer de nuevo, despacio, con paciencia y una estrategia arácnida, nuevas pieles en el corazón despellejado, obrara como una Penélope inagotable esperando lo bello.
La belleza, como la enfermedad, ese veneno, me condenan.

“Yo que he sabido verte entre las cosas esenciales
Me enojé cuando pronunciaron tu nombre
en lugares comunes.
Quisiera que las frías olas fluyeran sobre mi mente,
Y que el mundo se secara como una hoja muerta,
O como una semilla de diente de león que fuera arrasada,
Así tal vez pueda hallarte de nuevo,
Sola.”
(E. Pound)

Nosotros dos aun… cuatro breves inmolaciones o sobre algunas compañeras de ruta (como el fuego, que camina conmigo…)


2) Ruth o L’adorable femme des Neiges

“Te despeñas. Es el sinfín desesperante, igual y no obstante contrario a la noche de los cuerpos donde apenas un manantial cesa aparece otro que reanuda el fin de las aguas.
Sin el perdón de las aguas no puedo vivir. Sin el mármol final del cielo no puedo morir.
En ti es de noche. Pronto asistirás al animoso encabritarse del animal que eres. Corazón de la noche, habla.”
Alejandra Pizarnik

Caminado por el borde
Del acantilado que son los recuerdos, me encuentro con ella,
Me encuentro con ella y recuerdo
Era virgen cuando la conocí…

Prologo:
Ruth es un personaje bíblico, su nombre significa compañera; de origen moabita, pero casada con un israelita que se expatría huyendo de la miseria. Es nuera de Noemí, ya viudas, ambas están en la miseria. Regresan juntas a Canaán. Ruth rebusca en lo que desechan los cosechadores y va a parar al campo de Booz en Belén. A instancias de su suegra, Rut se acuesta a los pies de Booz, quien la toma por esposa…
La carencia creciente de colores va permitiendo
Que como un musgo grisáceo
Crezca bajo mis ojos las espesas mareas (Hoy en la mañana tenia ganas de tirarme bajo las ruedas
Ardientes/ Móviles/ De un tren furioso
Ya que hace algunas noches no puedo tirarme bajo los labios
Ardientes/ Movibles/ De una mujer)
De colores tristes…la noche es breve y siempre se me escapa.... En la conclusión, y solo en la conclusión de una vida desatada, desarrollada con máximo dramatismo,
en esas vidas llevadas adelante sin la repetición propia de los rumiantes de dolores, que conozco bien, (quizás como nadie.)
(Sabemos mas sobre la inercia que de la acción, de ella somos víctimas)

Me escribiste en una foto tuya:

“Te gusta pensar en el amor como una copia
En blanco y negro
Una visión borrosa y un poco gastada
Gracias a las gotitas mínimas de invierno lluvioso
Que hacen los cuerpos ¿Pero por que seguir hablando del amor?
Si ya no le importa que hablen de el.
Mejor hablemos de los tiernos cuerpos
Que besan los rieles de los trenes.”

”En al piel del revés se escriben los nuevos versos.” Me escribiste en el brazo una tarde mientras mirábamos el rió marrón y espeso. Luego me mordiste el brazo hasta hacerme sangrar. Pensé, congelado por el pánico si luchar contra tu dentadura o ceder la carne que se hacia frágil y amenazaba por quedar dentro tuyo… termine por ceder, por tragarme, o mas bien ser tragado por el espanto. Tras unos segundos me soltaste, seguiste mirando el rió, con una naturalidad enfermarte, algo que no era de este mundo, ni del otro, sino de mucho mas allá… “su sufrimiento sube hasta el cielo, sin encontrar a Dios... y su sufrimiento desciende hasta el fondo del infierno sin hallar al demonio (Michaux).” Yo no quise mirar mi brazo hasta que estuvieses s lejos, en el colectivo que te llevaría a tu casa.

Cuando al conocí era alta y delgada (sin duda todavía lo es) como una especie de enorme reina del polo, una fría y distante mujer de las nieves, ojos de piedra gris, pelo rojo. Una criatura antinatural.

Ella podía siquiera haber existir debido a la violencia de su perfección, pensé en más de una ocasión. Pero el hecho es que fue mi acompaño por un breve periodo de tiempo, tres, quizás cinco meses. Yo estuve a su lado aunque nunca supe si yo alguna vez estuve al lado suyo.

Sacaba fotografías, después escribía poemas en ingles sobre ellas. Las pegaba en álbumes que hacia ella misma, y después simplemente los quemaba (la mayoría) o los regalaba. Yo me quede con uno… pero acompañe en su incineración a muchos de ellos.

Dentro de cada mujer hay una extraña pirómana, incluso dentro de la reina de las nieve

Se erguía alta y regia como una extraña planta nocturna, casi siempre alcoholizada, casi siempre descalza o con zapatos sin tacón para no aumentar más todavía su altura casi antinatural. Su carne era blanda, blanca y traslucida, como al de un pez. Como una criatura que no se había liberado todavía de lo que los humanos llamamos vagamente materia, una especie de crisálida o cobertura (Quien sabe.... yo conozco la carencia, quizás la amorfia crónica, no la ciencia de la oruga.), algo fantasmal, pero con una consistencia residual.

Éramos dos corazones libres que ya estaban despellejados, se dejan llevar por las mareas, y se transforman, que dejaron surgir leves escamas, como pétalos violentos, sobre sus músculos en flor,
o brotan entre las olas como liquidas medusas. Ella tenía una piedra en la cabeza, una piedra de locura que acariciaba como si fuera un extraño tesoro y su delgada melena roja la ocultaba. Me mostraba sus radiografía y sus resonancias magnéticas con al dulzura de quien muestra las fotos de la familia. Me aterraba ver el interior de esa cabeza y llegar a por no encontrar nada, solo aire, o un diafragma fotográfico… o peor aun, solo una llama polar, fría, congelada.

Varias veces me acosté con ella, desnudos en una cama, también a veces vestidos, daba igual. Alguna vez nos besamos, otras nos acariciamos, otras tuvimos sexo, dejaba que su humedad inundara todo… ella se dejaba hacer, cuando terminaba alejaba mi cuerpo del suyo, volvía a su postura hermética.

A su lejanía polar. Otras veces, quizás inmediatamente después de lo anterior, la miraba como quien esperara que desapareciera una epifanía, una especie de ángel de hielo dejando una mancha de humead o una estela de fuego.
Otras veces, no pocas, solo dormíamos.
Nunca me dejo penetrar en ella. El sueño de los hombres:

Medirle su cuerpo a palmos a la mujer y plantar bandera en la entrepierna de ese planeta desconocido

La mujer lleva entre sus piernas la medida del mal (déjame tomar entre tus piernas la medida del mal, pensaba)

También tomaba extrañas formas marinas, caracoles, formas, anémonas o tiburones, a veces era mas cruel y se transforman en pétreos corales. ¿Por que y como ocurrían esas maravillosas metamorfosis? (Como las bellas mujeres que tejen frente a la guillotina tus ojos leían o miraban todo, sin expresión, sin alegría, sin una pizca de tristeza).

¿Cuando tus besos fallaron más rápido? Tengo el corazón tejido de hilo, de hilo curado, con mínimos fragmento de vidrio… Siempre que intento tocarlo las yemas de mis dedos terminan cartografiadas en recuerdos…

Reventabas en música (eran tus momentos de alegría, cuando tu carne de pez se hacia mas rosa y parecía como si respiraras, o al menos como si te incendiaras, que es una forma rara de vida, pero una forma al fin…), eso si lo recuerdo bien, la música estridente que hacías y gritabas y me hacías gritar, y gritábamos, locos, furiosos:

“Ritmo frenético de maquinas es flor
Ritmo fonético de maquinas en flor
Ritmo profético de maquinas en flor
Ritmo poético de maquinas en flor
Nada nos ciega
En la era de la técnica
nada nos daña
Solo el miedo
Al esplendor geométrico”

Debo aceptar mi calidad de rumiante de dolores, mi paso por las noche (mas largas y extrañas que las horas del día, como participe todavía de una protohistoria, esclavo todavía de una diosa lunar de mil caras nefasta y devoradora de niños) suele ser con la mira algo entristecida... y sabor a deja vu. Ahora que tengo el corazón senil (o en su cenit, que es mas o menos lo mismo) me entrego a los juegos raros y espesos de la memoria. ¿Quien no quisiera besar dos veces la misma piedra? Esa piedra que guardas en tu cabeza.
pero lo que mas me golpea
fue ese día
donde me dijiste: “hagamos de todo esto un recuerdo. Un recuerdo bonito.”

Me dejaste solo bajo al lluvia, creo, o bajo el frió del invierno, creo, o bajo una primavera tibia, como las lagrimas del buen Cristo, cuando se acuerda de mi.

Caminado por el borde
Del acantilado que son los recuerdos, me encuentro con ella,
Me encuentro con ella y recuerdo
Era virgen cuando nos despedimos…

martes, 5 de junio de 2007

Nosotros dos aun… cuatro breves inmolaciones o sobre algunas compañeras de ruta (como el fuego, que camina conmigo…)


1) Margaritas flamígeras… (tres poemas de Margarita Calderon)

“Todo está hecho así: vihuelas y cadenas, y somos materia que habla, materia que llora, materia que canta y enormes categorías de espanto; cae el hombre y se levanta la sociedad huracanada, rompiendo esclavitud adentro y congojas grandes como espigas o como estruendos de eternidades que batallan arrojándose montañas a la cara” Pablo de Rohka

Las canciones apretadas
Con letras apretadas
Que suenan en los oídos
De los niños problema
Son en gran parte motivo y circunstancia
De que esperen como condenados
Historias que no existen, o si bien existen, solo existen a la manera de los sueños.
Ella era Bolaño, ella era, Michaux, ella era el Divino anticristo, ella era toda al literatura gaylesbica, ella era una molotov que volaba con la furia de una gaviota blindada, ella era la grana que explotaría sobre mi casco de SS nazi para probarme que era el hombre nuevo (mi sonrisa (la mueca de la sonrisa) por la angustia y la ansiedad y el miedo y al euforia se extendía rajándome al comisura de los labios, haciéndome salir espuma por al boca…), ella era la selva furiosa y llena de insectos a y alimañas y nos introdujimos en un mundo extraño de niños enfermos y pobres para mentirles de las palabras.
Derrochando heroicidad fuimos perdedores de la pequeña batalla, de un imberbe juego de estrategia.
El sueño es un fenómeno
Nacido para desaparecer, un parpadeo del inconsciente..... los sueños están hechos para desaparecer.... por eso no olvidare nunca la majestuosa estructura de tu cuello y aquel rosario que colgaba como un péndulo

Ella me leyó su poema una tarde, encerrados en el lugar aquel, donde solíamos leer de a cuatro, de a cinco, de a ocho, las cosas que escribíamos y pensábamos (que tontos, que ingenuos, que entupidos éramos), y no solo pensábamos, sino que osábamos llamar poesía.

Después el tiempo mismos e encargo de despellejar ese sueño y decirnos que la poesía era un oficio horrible y nosotros unos simple niños jugando un sudoku de palabras…

La poesía era un oficio horrible, por lo general, una guerra de guerrillas de adolescentes agotados y ya aburridos, y solo en extrañas ocasiones, en raras vocaciones (las menos y las realmente bellas), una especie de ejercicio de canibalismo o de auto mutilación, o bien una especie de inmolación explosiva.Las canciones apretadas
Los dientes apretados
Y los oídos bien apretados
Son sin duda
En los niños terribles
Probable causa de muerte

Entonces llego ella y lo que sigue es parte de una memoria que no si es mía o es de ella, pero al final es lo mismo, por que el asunto de la memoria el compete a los que recuerdan y no los que escriben”Entre el ilustre mar y tú, la relación de profundidad es enorme; es por aquello que no es tu recuerdo quien va adentro de mí, sino yo mismo íntegro adentro de tu recuerdo porque yo soy tu recuerdo” Los que escriben como si fuera el surco del arado, pero un surco que se hace sobre carne viva, y deja que de ella solo se cosechen heridas y pus y cicatriz, que es de lo único de lo que habla al literatura, de un camino liquido donde se arroja “una llama sobre la piel de seda para hacer un horrible pantano de sangre.” (H. Michaux)
Con sus anteojos y su infierno encerrada en facultades, como de princesa encerrada en castillo o virgen encerrada en catedrales, el mundo era violento y todo lo que podíamos hacer era dejarnos arder, ella quería, desde su aroma a perfume adolescente y fresco, decir lo mismo que nosotros… aunque quizás quería decirlo desde dentro.

Con eso solo me refiero a que lo decía desde dentro, como un árbol que se quema por dentro, desde la sabia, y no desde la corteza, como quizás yo lo hice (y quizás todavía lo hago), ella era una inversión de lo que podíamos hacer en poesía por que salía de un lugar oscuro, húmedo y espeso (semejante al fluido menstrual posiblemente), mientras que lo que yo podía ofrecer siempre se acerco mas a la baba colgante (siempre haciendo referencia a fluidos)de un loco dopado, encerrado en el cómodo Psiquiátrico amarrado en un acolchado chaleco. Ella ardía, pero ardía por dentro. Como solo arden algunos árboles infinitamente gruesos.
Dylan en las películas no mira atrás
Dice una canción de Belle and Sebastián
Me pregunto como podría mirar atrás un tipo
Cuándo todo lo que queda atrás
Quede tan frió… Y es que la tristeza poco sabe de física.
Que se te congelan los ojos
Nos escribimos muchos mail y muchas cartas. Pocas veces nos vimos, cuando nos vimos solo caminamos, y cuando caminamos solo fue por lugares llenos de árboles.

Cada ves que la vi yo estaba listo para morir, era una especie de torre enorme y morena llena de fuego, donde yo podía, si llegaba a pedírselo, tenderme dulcemente a esperar que los surcos que arara en mis brazos se escapara la sangre que sostenía, como una estructura infame, mi vida y así por ella y su aroma narcótico de intelectual silente y flamígera, como la nafta que endulza ya adormece mientras hace arder algunas neuronas, mientras hincha los ojos y ella me apuñala con palabras: “moriré apuñalado en una gran barranca. Vociferando de alegría horrible; mi desesperación fusilera se desafía con mi cinturón de balas y he de caer entonces, recordándote a ti que estás presente con todos los pueblos adentro de la canción eterna, oh! dulce calandria de oro...” (P. de Rohka)

Sin duda no tengo ganas de volver a hablar de los pobres “niños terribles”
Que para estas horas
Deben estar mostrando
Sus recién cortados genitales
Para empezar una nueva vida con alegres horarios de oficina. Ella era una cigarra, yo era un grano de pólvora… aguarda un momento sacerdotisa ardiendo a lo bonzo junto a mi, mientras florecen tus cenizas de la carne quemada… ¡voy a golpear la Eternidad con la cacha de mi revólver...!

“El sueño de todo intelectual
Cuando sea grande
Los intelectualoides ya habremos florecido lo suficiente
Poblaremos la tierra
para construir el paraíso insomne
de los que no tienen casa
Un basurero fetiche
en el que podamos comer croissant y vino tinto

Implantaremos el sentir intelectual

El Bellas artes será un motel posmoderno
de orgías de vino y poetas.

Nos hemos tomado paulatinamente el espacio
asaltamos las casas brit - pop
les robamos sus enceres andróginos
los dejamos en bolas
vagando drogados por las discos de moda
los boliches donde se infectó de niños moribundos
Cayeron ambiguos al suelo
Mientras sonaba Placebo
Mientas nosotros corríamos
esperando encontrar el manifiesto
que tiramos por el water
la última vez que conquistamos el mundo. “

“Voy a comer alfileres el resto del día
para no seguir escuchando
el aullido metafísico
de mis propios signos inversos.

Voy a tragar por el ano
el falo insurrecto de esa lesbiana que no existe
Voy a dejar de hacer tonterías posmo

Voy a tener que crecer
para no ser más una imagen
el estereotipo extenuante
de la mujer castrada
Clausurada / Claustrada
Estereotipo del falo
falo universitario
de mochilas azules
de extremos filudos
de pelos negros punzantes
y estrategias militares
de insurrección endógena.”

“Nunca fui la perra de las siete cabezas
Ni la puta que espera poetas
Nunca fui mariposa
Nunca hada, mujer o lesbiana

No partí de la negación por gusto
Tendré que ser la intelectual lesbiana frígida
y morirme en los brazos de un hombrecito
que no necesite mi vagina para meter su mierda intelectual

No podré bailar empelotas por la biblioteca posmo
de la exterioridad refleja del sentir intelectual
Tendré que ser la niña que no aguanta el sexo oral
No podré comer helados en plazas extrañas
Ni hacer de mi cuerpo el fetiche seductor de una puta sílfide

No podré ser mermelada, ni azúcar, ni miel
Solo me queda ser limón, agua ras o cloro
y llenarme la boca del semen estricto de esta mugre de cultura.”